¿Merece la pena estar en una alianza “defensiva” donde el director de orquesta, EE.UU., es capaz de apuñalar por la espalda a un aliado, Alemania, cercenándole una infraestructura energética estratégica?
¿Compensa pertenecer a un club en el que quien lo lidera, de nuevo EE.UU., no solo arma a nuestro más próximo y creíble enemigo, Marruecos, sino que también sanciona como legal su anexión por la fuerza de un territorio, el Sahara Occidental, del que aún –sobre el papel– somos la potencia administradora?
¿Qué beneficios ofrece una alianza defensiva que excluye de su mecanismo de defensa mancomunada las ciudades españolas de Ceuta y Melilla?
¿Qué obtiene España perteneciendo a esta, y ahora sí lo digo, Organización Terrorista del Atlántico Norte cuando EE.UU. consiente que su barragana, el Reino Unido, mantenga Gibraltar como una colonia?
¿Qué sentido tiene que Grecia y Turquía, enemigos desde Chipre hasta el Egeo, compartan mesa en este club mafioso?
¿Dónde está el provecho de pertenecer a esta curia con sede en Bruselas, la capital del mismo país que da cobijo a Puigdemont, el cabecilla de un golpe de estado asestado a un país miembro?
Ningún politico,de ningún partido, dará respuesta a estas seis preguntas y ni tan siquiera formulará las mismas en voz alta.
Y yo me hago una pregunta aún más importante: ¿existen alternativas?
Me aventuro a dar una respuesta: sí.
España debería jugar a ser España. Antes que identificarnos como “miembro de” o “socio de” y actuar de perenne comparsa de quien toque, debemos, como país, echarle arrestos y marcar perfil propio.
Acudir permanentemente a la cómoda y patética excusa de que Europa dice esto o que en la OTAN opinan aquello, es algo digno de lugares ridículos como Bélgica, un puto chiste de país desde que España lo parió.
Escudarnos, cada vez que se dirimen temas substanciales, en que nuestros socios europeos dicen tal o en que la postura de Europa es cual, para no tener una posición clara y de provecho para nuestros intereses, es sencillamente penoso… y suicida a medio plazo.
Ningun país de toda Europa, con la posible excepción del Reino Unido, posee activos tan potentes como los que España se empeña en desaprovechar.
600 millones de hispanohablantes, siendo EE.UU. el segundo país del mundo donde más e habla español, y una situación geográfica estratégica entre el Mediterráneo y el Atlántico dilapidados por pura cobardía y por complejos “uropeos”.
España no solo es Europa, somos de hecho uno de los padres de esta criatura, es mucho, muchísimo más. Aquellos europeos que no quieran una España que explote su potencial, que los habrá siempre, tendrían que acostumbrarse a buenas dosis de jarabe de palo. Cero complejos, y si hace falta tratar a algunos como a una península apéndice de nuestro continente, que se haga con tanta diplomacia como firmeza; así es como se logra el respeto en el orden mundial.
¿Por qué no una ODH, Organización de Defensa Hispana? ¿Por qué no grupos de combate navales conjuntos con Argentina, México y Brasil y ejercicios militares conjuntos? ¿Por qué no compartir bases militares con Cuba, Perú y Chile? ¿Por qué no un escudo de radares, de satélites y de estaciones de seguimiento desde la Isla de Pascua hasta Menorca?
Alguno pensará, joder Publio se ha apoderado de ti un ardor guerrero.
Tal vez, pero tampoco habría inventado la rueda sugiriendo estas cosas ¿Qué cojones hacen si no Reino Unido, EE.UU., Canadá, Nueva Zelanda y Australia con eso que se llaman “five eyes” (cinco ojos)? Si algún idiota aún se cree que este club anglo comparte con terceros la información que obtiene de sus ojos y orejas desplegados a través de la red de espionaje planetario Echelon, que por favor despierte de su letargo.
Argentina en 1982 comprobó, por las duras, que de poco les sirvió compartir hemisferio con los EE.UU.. Una tal Margaret Thatcher obtuvo de Washington todo lo que necesitó para que las Islas Malvinas permanecieran bajo soberanía de su “graciosa” –y ahora condenada en los infiernos– majestad Isabel. Incluso Francia tuvo que darle los códigos de sus misiles Exocet a la Dama de Hierro, como contaba Francois Mitterrand en sus memorias. Margaret exigió a Francois los códigos de estos proyectiles que acababan de hundir el destructor Sheffield y ofrecía como alternativa atacar Buenos Aires con una bomba atómica. si el presidente francés no se los daba.
No termino de sentirme cómodo teniendo fuerzas aeronavales estadounidenses en España en ausencia de un compromiso público y explícito por parte de EE.UU. de que la finalidad principal de las mismas es defender la integridad territorial de España.
Lo diré más claro. Quiero esas bases tan lejos como, por ejemplo, a tomar por culo, a menos que se especifique de manera diáfana y publica, por parte de EE.UU., que las bases USA en territorio español tienen como principal propósito defender España de cualquier ataque contra cualquier territorio de nuestro país proveniente de cualquier país. Y con un énfasis especial en lo de “cualquier país”.
Dado que desgraciadamente este no es el caso, porque las bases estan al servicio de intereses foráneos, lo mejor sería renegociar los acuerdos con nuestros términos y coforme a nuestros intereses. En el caso de no lograr esto último; desalojar.
¿Qué defiende la OTAN? Desde luego no los intereses de España y, a la vista del atentado terrorista cometido por EE.UU. contra el Nord Stream, tampoco los de Alemania.
Nuestro único enemigo real, Marruecos, ha adquirido de EE.UU., a precio de saldo, 220 carros de combate Abrams, 36 helicópteros Apache, y muy pronto también adquirirá aviones caza F35 con tecnología furtiva de 5ª generación.
Además de la asistencia y del asesoramiento militar de todo tipo que EE.UU. presta a nuestro principal enemigo, el ninguneo al que nuestro padrino de la OTAN somete a España rozó el pitorreo cuando en Junio de 2022, ayer mismo como quien dice, EE.UU. y Marruecos realizaron unas maniobras militares –African Lion– en Agadir. EE.UU., Marruecos, Ghana, Senegal, Tunez, Brasil, Chad, Francia, Italia, Holanda y Reino Unido participaron en la fiesta. ¿A alguien se le ocurre qué países importantes y vecinos de Mohamed VI no están en esa lista? Solo dos: Argelia y España; el primero en guerra no declarada con Marruecos y el segundo un país con dos ciudades en el Norte de áfrica que Marruecos reivindica. Pero todos tan amigos, kumbaya.
Marruecos invade por la fuerza el territorio del Sahara Occidental, y EE.UU. lo recompensa inaugurando un consulado en ese territorio usurpado. Los rusos no pueden esperar el mismo trato en el Dombás porque Putin no es tan buena persona como Mohamed VI, un rey magnánimo que solo invade en defensa de la libertad y de la democracia. Créetelo.
