Financió la gestación del virus, luego se dedicó a desinformar y mentir al mundo. Fauci se jubila siendo el funcionario mejor pagado de EE.UU. y posiblemente un gran genocida.
Tras toda una vida profesional dando por culo a los ciudadanos –38 años en Washington de director del NIAID y más de 50 años como funcionario en ese mismo departamento–, y prácticamente sin ver a un solo paciente, el doctor Anthony Fauci se retira siendo el funcionario mejor pagado de toda la administración federal de EE.UU. (FORBES). Fauci es uno de los padrinos de la famosísima coproducción chino-estadounidense conocida como Covid-19.
Fauci es un redomado mentiroso. Mintió sobre las mascarillas, mintió sobre el origen del virus, mintió sobre los confinamientos, mintió sobre la financiación que su departamento dio para la génesis del virus, mintió sobre la inmunidad de rebaño, mintió sobre la inmunidad natural, y a pesar de ello (o tal vez por ello mismo) Disney y National Geographic le dedicaron un documental panegírico en el que se presenta a este sujeto criminal como si fuera un héroe de leyenda.
Como muestra de la querencia del doctor Fauci por la mentira y su soltura con el embuste traigo este vídeo en el que podemos ver a Fauci en 2020 diciendo que recomendó al presidente confinar todo el país y el mismo Fauci diciendo en 2022 que él no recomendó cerrar nada.
El 12 de mayo de 2021 me preguntaba ¿cómo de imbécil tiene que ser un médico en EE.UU para autorizar financiar con dinero USA experimentos para lograr virus letales en China? Esa es la pregunta que habría que hacerle a Anthony Fauci En ese artículo repasaba cómo Fauci se las ingenió para, saltándose una moratoria (de Obama) que prohibía realizar y financiar experimentos de ganancia de función (ganancia de función = emputecer virus para hacerlo más patógenos), darle dinero del contribuyente USA a un inglés llamado Peter Daszac. El amigo Peter, de la mano de su ONG EcoHealth Alliance, gastó este dinero en ayudar a Shi Zhengli (conocida como batwoman o mujer murciélago en China) para hacer cositas con ciertos coronavirus de murciélago en el laboratorio de Wuhan.
Por esas “casualidades” de la vida fue precisamente en esa ciudad, Wuhan, donde apareció el primer brote del virus co-chino (el co es de coproducción). También por esas casualidades tan convenientes, Peter Daszac resultó ser uno de los “expertos” comisionados por la OMS para investigar en China el origen del virus. Tras este trampantojo de investigación, fue una visita guiada y sin tocar nada, la comisión de la OMS encabezada por Daszac concluyó que el virus no podía haber surgido de un laboratorio. Aquello fue como realizar una investigación criminal en la que el principal sospechoso, el gobierno chino, te muestra el lugar de los hechos mientras el principal cómplice, Daszak, es puesto al frente del equipo de investigadores.
Fauci no se cansó de desacreditar a todos los que sugerían que el Covid podía haberse desarrollado mediante procesos de bioingeniería, lo cual no deja de ser irónico teniendo en cuenta que el propio Fauci no solo estaba al corriente de que esos proyectos se estaban llevando a cabo en Wuhan y con coronavirus, sino que también él era responsable de parte de su financiación.
Fauci ha estado encantado de ser identificado por la progresía como el oráculo de la “ciencia”. Sus dictámenes (mayoritariamente erróneos) han sido usados como dogmas por la grandes tiranías tecnológicas que no han dudado en censurar cualquier relato opuesto a lo que mr. ciencia Fauci predicaba en cada momento. Para Facebook, Twitter o Google lo que un burócrata –Fauci– con una agenda política dijera, eso era “la ciencia”, mientras que cualquier científico que dijera lo contrario al doctor Tony no pasaba de simple hechicero a ojos de las ciberdictaduras.
Sin debate no hay Ciencia sino dogma, y en esto último –en el dogma– es en lo que están nuestros políticos y sus incontables putas: en el puto dogma, el jodido trágala.
Valiéndose de empresas verificadoras independientes… a las que pagan, las tiranías digitales han censurado y expulsado de sus ditsópicos reinos a científicos de gran prestigio, solo por no alinearse con lo que hijoputas como Fauci determinaban que era la verdad. Un ejemplo:
En Junio de 2021 en el artículo Covid 19: No es una pandemia, es una puta guerra y sabemos quiénes son los culpables. Parte I: Maldita(.es) “putita” de Facebook recordábamos como el 28 de enero de ese mismo año la empresa Very-Feladora Maldita.es calificaba como bulo la posibilidad de que el virus fuera manufacturado en un laboratorio. En dicho artículo calificaban a la doctora Li-Meng, una viróloga huida de China, como una viróloga desacreditada:
Li-Meng Yan, una viróloga china, y otros tres científicos también afirman en un artículo y en entrevistas televisivas que la COVID-19 ha sido creada en un laboratorio en China. El artículo de Li-Meng Yan no ha sido publicado en ninguna revista científica y diferentes expertos señalan la falta de evidencias aportadas en él.
Por supuesto que a Li-Meng Yan, o a quien fuera, ninguna revista científica le iba a publicar algo que fuera en contra de lo que era “correcto” opinar, pero lo que Maldita.es calla –cual putita– es que Li-Meng ese mismo año publicó artículos en las dos revista médicas más importantes. Li-Meng es coautora de un artículo llamado “Dinámica viral en casos leves y graves de COVID-19” publicado en The Lancet en marzo de 2020, sobre los patrones de diseminación viral observados en pacientes con COVID-19 leve y grave. También es coautora de un artículo titulado “Patogenia y transmisión del SARS-CoV-2 en hámsters dorados”, publicado en Nature en mayo de 2020.
PolitiFact, otra organización criminal very-feladora como Maldita.es pero a una escala muy superior consideraba que la conclusión de Li-Meng era ridícula e inexacta y la calificaba como “pantalones en llamas” Una científica de prestigio que huye de China jugándose el tipo y se encuentra con la censura más brutal en Occidente.
Facebook eliminó el vídeo de su entrevista en Fox News calificándolo de “información falsa” y aduciendo que el post de Fox “repite información sobre el Covid que los very-feladores independientes han dicho que es falsa”. Curiosamente PolitiFact y Maldita cobran, entre otros, de Facebook, y tienen de independiente lo que yo de gaitero.

Durante esta plandemia las cacatúas mediáticas no se han cansado de relegar a la categoría de teorías conspirativas cualquier relato que se saliera del cuento oficial, aduciendo que seguir este relato obligatorio equivalía a “seguir a la ciencia” (follow the science); como si la Ciencia fuera un cantante de rock o una choni de un reality show de televisión. La Ciencia es un conjunto de conocimientos sistemáticos obtenidos mediante la aplicación del método científico y no un corpus doctrinal fundamentado en una verdad revelada inamovible, esto último se llama religión.
La Ciencia es un debate enriquecedor, permanentemente abierto, donde los científicos se hacen preguntas, investigan y obtienen datos; realizan hipótesis y tratan de comprobar la validez de esta hipótesis contrastándolas con la realidad observable para enunciar teorías que otros científicos puedan a su vez confirmar o refutar con nuevas observaciones o haciéndose nuevas preguntas. Sin debate no hay Ciencia sino dogma, y en esto último –en el dogma– es en lo que están nuestros políticos y sus incontables putas: en el puto dogma, el jodido trágala.
Esto de hacer pasar el dogma político como verdad científica ocurre también en otros ámbitos. La hipótesis-dogma carbónico climática de la Iglesia de la Calentología Penitente se nos venden como una verdad científica y, aunque no pasa de ser una mala hipótesis que no se compadece con la observación empírica sobre la evolución del clima en cientos de millones de años, se utiliza como palanca para crear mercados artificiales de derechos de emisión de CO2, para inventarse nuevos impuestos, para prohibir determinados vehículos y muy pronto para realizar confinamientos climáticos. La hipótesis-dogma sobre la infinitud de géneros, algo tan científico como una película de Harry Potter, postulada por la Iglesia del Santo Arcoíris se considera tan válida como la Teoría de la Gravedad y a quienes se oponen a ella se les tilda irremediablemente de algo-fóbicos.
Las empresas de comunicación y grandes tecnológicas y los decisores políticos saben desde hace ya años que el origen en laboratorio es la hipótesis con mayores visos de ser la real pero en lugar de hacernos saber esto se han dedicado no solo a ocultarlo sino a perseguirlo y a relegar al ostracismo a quienes lo han señalado.
Se ha buscado al virus en más de 80 mil animales analizados sin encontrar nada; saben que el diseño del virus es patógeno desde su primera versión conocida, algo que no ocurre jamás; saben que su configuración inicial con el sitio de escisión de furina en la proteína de pico del SARS-CoV-2 (lo que hace patógeno al virus) es algo único entre la familia de los coronavirus y apunta a un diseño premeditado; saben que el primer brote surge en la ciudad donde se radica el laboratorio al que todas las evidencias apuntan (Wuhan)… y a pesar de todo ello se empeñan en defender la hipótesis menos creíble.
En resumen, mienten a sabiendas y mientras defienden los planteamientos menos razonables tachan a quienes sostienen hipótesis más plausibles de conspiranoicos. Proyección psicológica a las 12 en punto: quienes conspiran nos acusan a quienes observamos cómo lo hacen — y a calzón sacado– de conspiranoicos.
Sus mentiras, su censura, sus mandatos y sus leyes derivadas se traducen en vidas perdidas y arruinadas. Falta cuerda para ahorcarles a todos.
En nombre de la Ciencia se ha perseguido y prohibido a la propia Ciencia; se ha castigado a los científicos que aplicando el método científico llegaron a conclusiones incómodas; se ha silenciado el debate. Se nos exige aceptar que solo lo que nos digan los ministerios o una agencia de tráfico de influencias llamada OMS es aceptable. En nombre de una falsa ciencia se nos ha exigido obediencia, someternos a ritos tribales acientíficos, inyectarnos pócimas ineficaces que han demostrado acarrear efectos secundarios tan perniciosos que ningún otro medicamento hasta la fecha se habría aprobado teniendo estos efectos en cuenta. Someter a la población a la ignorancia obligatoria, sacrificar el derecho a la información, forzarnos a asumir sacrificios y a inocularnos brebajes usando el nombre de la ciencia en vano, son cosas dignas de hijoputas, adjetivo que suele acompañar al desempeño de la política. Hacer todo lo anterior y encima contar con que todos los indicios apuntan a que eres uno de los padrinos del bicho, y hablo de Fauci, solo puede recompensarse con un juicio ejemplar, cuyo premio –si se demuestra culpable– sea la silla eléctrica y no una jubilación dorada.
Publicidad: Protégete de los comisarios censores y apoya a Freenoticias adquiriendo NordVPN
Por suerte el mercado y la tecnología nos ayudan a escapar de nuestros queridos comisarios y burlar en gran medida sus cercos. Salir del corral con una VPN (Virtual Private Network) es hoy una necesidad básica. Adquiriendo los servicios de NordVPN estás apoyando el proyecto de Freenoticias. Consigue tu oferta de Navidad de NordVPN
