Tanto los fetos como los recién nacidos no tienen el mismo estatus moral que las personas reales
(Al final de este artículo te ofrezco mi respuesta a este tipo de expertos en ética. Aunque no te leas el artículo entero te recomiendo que leas el final)
Así arranca el “abstracto” de este estudio científico de 2011 publicado Francesca Minerva, doctora –e investigadora– en bioética por las universidades de Gante y Melbourne, y Alberto Giubilini, investigador sénior en el Programa Oxford Martin sobre Responsabilidad Colectiva por Enfermedades Infecciosas además de experto en bioética.
El abstracto –resumen– del estudio continúa afirmando que “el hecho de que ambos sean personas potenciales (el feto y el recién nacido) es moralmente irrelevante”
Y sigue largando que “la adopción no siempre es lo mejor para las personas reales, los autores argumentan que lo que el llamado ‘aborto post-nacimiento’ (matar a un recién nacido) debe ser permisible en todos los casos en que se produzca el aborto, incluidos los casos en que el recién nacido no esté discapacitado”.
Y prosigue:
“Las anomalías graves del feto y los riesgos para la salud física y/o psicológica de la mujer a menudo se citan como razones válidas para el aborto. A veces, las dos razones están conectadas, como cuando una mujer afirma que un niño discapacitado representaría un riesgo para su salud mental. Sin embargo, tener un hijo puede ser en sí mismo una carga insoportable para la salud psicológica de la mujer o de sus hijos ya existentes,1 independientemente de la condición del feto. Esto podría ocurrir en el caso de una mujer que pierde a su pareja después de enterarse de que está embarazada y por lo tanto siente que no podrá cuidar sola del posible hijo”.
“Un grave problema filosófico surge cuando las mismas condiciones que habrían justificado el aborto se dan a conocer después del nacimiento. En tales casos, debemos evaluar los hechos para decidir si los mismos argumentos que se aplican para matar a un feto humano también se pueden aplicar consistentemente para matar a un ser humano recién nacido“.
La conclusión del estudio es que matar a un recién nacido no es un problema moral porque no son personas con un “derecho moral a la vida”. También concluyen estos dos simpáticos expertos en ética –manda cojones– que tanto a los fetos como a los recién nacidos no les perjudica que se “evite” que se conviertan en “personas “reales”.
Asesinar a un recién nacido ahora se llama “evitar que se convierta en una persona real”. Toma Bioética.
“Tanto un feto como un recién nacido son ciertamente seres humanos y personas potenciales, pero no son `persona´ en el sentido de sujeto de un derecho moral a la vida“.
“Se podría afirmar que alguien es perjudicado porque se le impide convertirse (matar para entendernos) en una persona capaz de apreciar su propia conciencia de estar vivo. Así, por ejemplo, se podría decir que nos habría perjudicado que nuestras madres hubieran optado por abortar estando embarazadas de nosotros o que nos hubieran matado nada más nacer. Sin embargo, si bien puedes beneficiar a alguien al traerle a la existencia (si su vida vale la pena vivirla), no tiene sentido decir que alguien se ve perjudicado al evitar que se convierta en una persona real. La razón es que, en virtud de nuestra definición del concepto de `daño´ en la sección anterior, para que ocurra un daño es necesario que alguien esté en condiciones de experimentar ese daño”.
En el siguiente enlace puedes leerte la basura que estos dos hijoputas califican de investigación científica y que presentan al mundo con un “poético” título:
After birth abortion. Why should the baby live? -(aborto post-parto ¿Por qué debería el bebé vivir?)
Por si lo quieren borrar de internet también lo puedes descargar desde este enlace de Freenoticias
Si los supuestos expertos en bio-ética cobran por parir semejantes aberraciones morales, y hasta duermen a pierna suelta, ¿quién podría albergar alguna duda acerca de los bienintencionados propósitos que impulsan a los gobiernos y a filántropos como Bill Gates o Klaus Schwab cuando nos invitan a una barra libre de pinchazos génicos?
Serán próceres sabihondos como Hariri o Schwab quienes decidirán por ti si tu vida tiene propósito y además tendrán la posibilidad de practicarte un aborto post parto en cualquier etapa de tu vida
Guiubilini, que no hubiera desmerecido como consejero de Herodes el Grande o de Adolf Hitler, además de sostener que los bebés y los fetos no son personas reales, que no sufren daño y que no tienen derecho a la vida, es también experto en ética de la vacunación, eutanasia y post-humanismo.
El post-humanismo o mejora humana (“human enhancement”) es algo que va en la línea de lo que el maestro de ceremonias del Gran Reseteo y la Agenda 2030, Klaus Schwab (Director del Foro de Davos o Foro Económico Mundial), definió cómo la fusión de nuestras identidades física, biológica y digital. Aquí el sujeto en cuestión explicando que su 4ª Revolución Industrial va de convertir a los humanos en un producto controlable y desechable:
Y el hombre que susurra a este Satán Klaus alemán –que nadie puede negarme que tiene pinta de supervillano, habla como un supervillano y tiene acento de supervillano,… y que además es un cabrón– es un señor que se llama Yuval Harari.
Harari dice cosas como que lla mayoría de los humanos somos prescindibles y que hay que acabar con millones, que somos seres hackeables, que no existe el libre albedrío ni por supuesto el alma humana. Dice también que en la cuarta revolución industrial, por la que tanto aboga su patrón alemán Schwab, lo fundamental no será producir maquinaria o productos de consumo, sino mentes y cuerpos humanos –esclavos sin alma– lo que hará que la vida de la mayor parte de la población mundial carezca –según él–de sentido y sea necesario acabar con ella. Hariri sugiere una combinación de drogas y vídeojuegos para el noble propósito de diezmar a tanto inútil carente de propósito, de alma, de dignidad y de libre albedrío. Eso sí, Hariri es homosexual y vegano lo cual seguramente hace de él una bellísima persona a la que solo podemos criticar carnívoros desalmados heteropatriarcales y machirulos como un servidor.
El artículo de los dos expertos en ética y moral, publicado hace ya 10 años, habla de que los recién nacidos no sufren ni tienen derecho moral a la vida. Considera que una madre puede decidir asesinar a su hijo, que no es según ellos una persona real y que carece de propósito (finalidad), y por tanto, en función de lo que le venga en gana a la madre (un viaje, una separación, o que le hace sentirse estresada serían causas perfectamente válidas según estos dos filósofos del infanticidio), esta puede evitar que se convierta en persona reciclando a tan incómoda no-persona. Hasta puede sacarse un dinerito vendiendo al bebé difunto a la industria farmacéutica o cosmética. Negocio redondo.
Podemos leer en el artículo científico de Alberto Guiubilini y Francesca Minerva lo siguiente:
“Aquellos que solo son capaces de experimentar dolor y placer (como quizás los fetos y ciertamente recién nacidos) tienen derecho a que no se les inflija dolor. Si además de experimentar dolor y placer, un individuo es capaz de tener un propósito (como personas reales humanas y no humanas), entonces se le perjudica si se le impide lograr sus objetivos mediante la muerte. Difícilmente puede decirse que el recién nacido tiene objetivos, ya que el futuro que imaginamos para él es simplemente una proyección de nuestras mentes sobre sus vidas potenciales. Puede comenzar a tener expectativas y desarrollar un nivel mínimo de autoconciencia en una etapa muy temprana, pero no en los primeros días o semanas después del nacimiento”.
Hariri va un paso más allá, él habla de manera muy poco velada (es lo que tiene la vanidad) de buscar formas de exterminar a los adultos que vivirán sin propósito en su mundo de la Cuarta Revolución Industrial. Serán próceres sabihondos como Hariri o Schwab quienes decidirán por ti si tu vida tiene propósito y además tendrán la posibilidad de practicarte un aborto post parto en cualquier etapa de tu vida; con tan solo desatar un proceso letal en lo que sea que corra por tus venas y ellos, y los de su calaña, controlen. Esto también lo dicen y lo anuncian, ni se molestan ya en disimular porque están crecidos y pisando a fondo. Por tanto, ponte más dosis de su bendita vacuna, la de hoy y las que vengan; no hay razón alguna para desconfiar ¿verdad?
Y termino. Para estos expertos en ética no importa lo que el feto piense antes o después de salir por la vagina de su madre, da lo mismo porque los “expertos” en moralidad han dictaminado que su existencia no está guiada por propósito alguno. Yo soy de la opinión de que entre los propósitos de un bebé están mirar a su madre, sonreír al sentirse querido, agarrar el dedo índice de su papá y mandarnos a todos, a través de su mirada, el mensaje divino más puro y más auténtico. Pero yo soy muy facha, ya sabes.