IniciointernacionalUcrania. La guerra de los hipócritas que deseaban la guerra

Ucrania. La guerra de los hipócritas que deseaban la guerra

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El primer mes de la guerra en Irak supuso la muerte de entre 4 y 7 mil civiles, el primer mes de guerra en Ucrania han muerto mil civiles.

En serbia en 1999 la OTAN se llevó por delante entre 500 y 2.000 civiles durante dos meses y medio de bombardeos aeronavales, perdiendo tan solo 2 militares

(Al final de este artículo pondré las luces largas y ofreceré una reflexión que creo que es de un gran interés y que permitirá mirar con perspectiva lo que ahora está sucediendo en Ucrania)

Desde su inicio en 2015 la guerra en Yemen se ha cobrado 14 mil víctimas civiles, 9 mil por ataques aéreos.

En 1999 ningún senador, ministro o jefe de Gobierno pidió que fueran asesinados Bill Clinton, José María Aznar, Jean Chrétien, Tony Blair, Jacques Chirac, Süleyman Demirel y el resto de jefes de gobierno de los 13 países de la OTAN que anduvieron soltando bombas en Belgrado y toda Serbia sin las bendiciones de la “sacrosanta” ONU de los cojones. Recordemos que Serbia entonces defendía su integridad territorial frente a la población albanesa asentada en Kosovo.

En 2022 hemos visto como un senador estadounidense (Lindsey Graham), dos veces, y el ministro de exteriores de Luxemburgo (Jean Asselborn) han pedido públicamente que Putin sea asesinado. También hemos visto como ese ciberestado virtual, y dictatorial, llamado Facebook, que es capaz de expulsarte de su plantación por decir que solo las mujeres pueden estar embarazadas, declara justificable que sus zombi-usuarios aboguen por el asesinato de rusos. Pero somos los buenos.

En ninguna de las decenas de guerras y conflictos iniciados, alentados o participados por los EE.UU. desde la Segunda Guerra Mundial, se ha visto que se llevaran a cabo persecuciones contra ciudadanos norteamericanos como las que estamos contemplando estos días contra ciudadanos rusos. Son verdaderos progromos, una purga en toda regla

En Baja Sajonia y Baviera cualquiera que muestre la letra Z (la que llevan los vehículos rusos en el conflicto ucraniano) como signo de apoyo a las aspiraciones rusas, se expone a ser condenado con hasta tres años de cárcel además de una cuantiosa multa. Es por tanto obligatorio estar de acuerdo con la visión que de esta guerra tienen egregios hijoputas como Ursula Von der Leyen, Joe momia Biden, Justin Trudeau o George Soros. Todo muy demócrata.

Yo, por aquello de llevar la contraria voy pintando una letra Z en mi portátil, encargando un muñeco Mazínguer y releyendo mis tebeos de El Zorro.

El discurso único se sustenta en un disney-relato que reza así: El gobierno de Ucrania es muy democrático; Zelensky es un héroe; todos los ucranianos odian a Rusia a muerte; Putin es un señor muy malo, hijo espiritual de Stalin y Hitler, y ese es el único motivo por el que invade la pacífica Ucrania. Todo el que ponga en duda estas verdades prefabricadas es un trol, un agente pro-ruso y una malísima persona.

Da lo mismo que la Ucrania de los últimos 20 años se parezca a una democracia lo que unas gafas a un caracol; da lo mismo que Zelensky sea un déspota que ha suspendido la actividad de todos los partidos excepto los que le apoyan; da lo mismo que el régimen de Zelensky tenga preso a Viktor Medvedchuk, líder del partido Plataforma por la Vida desde antes de esta guerra; da lo mismo que entre un 25% y un 40% de la población ucraniana sea abiertamente pro-rusa; da lo mismo que Putin se haya cansado de pedir en vano el compromiso de que la OTAN no sería ampliada hacia Ucrania; da lo mismo que el ejército ucraniano lleve 8 años bombardeando civiles en el Donbás.

Da lo mismo que en Ucrania hubiera un golpe de estado flagrante en 2014; da lo mismo que en Ucrania el que fuera principal partido, Partido de las Regiones, que era abiertamente pro-ruso fuera obligado a desaparecer; da lo mismo que hubiera una ley de amnistía por la que los delitos cometidos durante el golpe de estado quedaran impunes; da lo mismo que se prohibiera por ley en todos los ámbitos públicos el uso de un idioma, el ruso, que es el nativo para un tercio de los ucranianos y que lo hablan casi el 100%; da lo mismo que los francotiradores que durante la “revolución del Euro-Maidan” asesinaron a más de 100 personas lo hicieran desde edificios controlados por los rebeldes que hoy gobiernan (de eso hablaré en otro artículo). Todo da igual; Putin Hitler, rusos malos, Zelensky Chuck Norris y no te compliques en indagar demasiado o acabarás trabajando para el FSB putinesco sin tú saberlo.

En países como Grecia o Alemania se han embargado y congelado cuentas corrientes de ciudadanos rusos con residencia legal en esos países. No estoy hablando de lo que lees en los medios de intoxicación y terrorismo informativo sobre oligarcas (parece que oligarcas es sinónimo de ruso exclusivamente a díade hoy), te hablo de ciudadanos rusos con permisos de residencia permanentes, asalariados o autónomos, que de un día para otro se encuentran en la indigencia. Imagínate que en un instante tú y tu familia os encuentráis con que todo vuestro dinero desaparece; no puedes pagar por tu comida, por tu hipoteca, por el colegio de tus hijos ¿Tu delito? ser ruso. Pero como Facebook (Meta) ha anunciado que amenazar de muerte a los rusos está bien, pues hacer que mueran de hambre es algo muy progre. Atacar a los rusos no es racismo, es algo bonito, el progremonguerismo así lo ha sentenciado y que viva Facebook.

Si hoy por ser ruso te congelan tu cuenta en el banco, no dudes que mañana lo podrán hacer por cualquier otro motivo. Solo se necesitará que se demonice a cualquier grupo ¿Qué tal por ejemplo seguir con los mal llamados antivacunas y continuar con los que se nieguen a que sus hijos reciban educación de género? Si no te lo crees, pregunta a los camioneros canadienses y a los que les donaron dinero. Cuando todo el dinero sea virtual y programable, ya se sabe que el efectivo es sucio, lleno de virus y cosa de narcos, y el sistema del crédito social chino nos alcance a todos, se podrán congelar los medios de subsistencia de cualquiera que no muestr y despliegue suficiente acatamiento ovejuno.

En España me consta que en una reunión de un AMPA en Málaga hubo papis y mamis pidiendo que se expulsara a los alumnos rusos, y no me extraña que lleguen hasta estos extremos viendo bufonadas como retirar las mostazas rusas de un museo, excluir a un roble ruso del concurso del árbol del año o quitarle a Putin su cinturón negro de taekwondo.

La peligrosa mostaza rusa retirada del museo de la mostaza:

En ninguna de las decenas de guerras y conflictos iniciados, alentados o participados por los EE.UU. desde la Segunda Guerra Mundial, se ha visto que se llevaran a cabo persecuciones contra ciudadanos norteamericanos como las que estamos contemplando estos días contra ciudadanos rusos. Son verdaderos progromos, una purga en toda regla, en los que participan hasta actores antaño neutrales como Suiza. Asistimos a verdaderos autos de fe en la que los deportistas, artistas y personajes públicos que quieran seguir ganándose la vida, deben manifestar públicamente su aborrecimiento por el régimen putiniano y abrazar la verdad única, abandonando por el camino su integridad intelectual. Si no opinas lo que debes opinar mejor cállatelo y di esto, no dejes que tus capacidades racionales salgan del armario; o eso o no comes ¿Cómo lo ves?

Esta de Ucrania es una guerra muy deseada por muchos y Putin no es quien más la ha querido. Para el nuevo orden mundial planificado, que ya nadie se preocupa en ocultar, la actual Rusia sencillamente sobra. Encima Putin se ha dado el gusto en varias ocasiones de pitorrearse de las gili-progremonguerías de género y en atacar las absurdeces woke; imperdonable. Evitar esta guerra era tan sencillo como sentarse con Rusia en una mesa y firmar un acuerdo por el que la OTAN se compromete a no admitir nuevos socios. Tan sencillo como darle cierto cuartelillo a los intereses rusos y admitir que una nación con más de 6 mil cabezas termonucleares tenga derecho a una cierta esfera de influencia. Si la doctrina defensiva estadounidense establece que no debe haber potencias enemigas con capacidades de ataque sobre su territorio metropolitano dentro de la línea imaginaria que transcurre entre el Caribe, Groenlandia, el Polo Norte y Hawaii; no me parece disparatado que Rusia quiera que un país como Ucrania, 450 kilómetros en línea recta hasta Moscú, sea neutral.

Estados Unidos no toleraría que México o Canadá fueran anfitriones de fuerzas militares de potencias enemigas, ni siquiera tolera que sean neutrales, su doctrina militar exige que sus vecinos hagan de comparsas y practiquen un seguidismo acrítico en los temas que los EE.UU. consideran fundamentales. Cierra los ojos e imagínate por un segundo que México anuncia un programa para dotarse de armas nucleares ¿Qué crees que pasaría?

Pero si Rusia pide decenas de veces que por favor la OTAN deje de avanzar hacia su capital entonces eso es intolerable ¿Cómo no va a poder Ucrania entrar en la OTAN si es un país soberano? Muy buena pregunta sí señor, sobre todo cuando la hacen los mismos que instigaron, jalearon y se beneficiaron del golpe de estado dado en Kiev en 2014.

Los mismos que llevan tres décadas pasándose por el arco del triunfo las exigencias de Rusia con respecto a su seguridad nacional son los que hace dos meses parecían mirar a Putin señalándose los relojes como preguntándole “¿para cuándo la invasión Vladimir?”. Esta es una guerra que hacía falta, y no solo le hacía falta a la industria armamentística por cuyos despachos vuelve a correr el champagne y el bourbon, o las empresas gasistas estadounidenses que ven brotar un suculento negocio de 65 mil millones de metros cúbicos de gas licuado, que también; esta guerra hace falta para poder atajar el tremendo problema que supone Rusia para el pomposete Nuevo Orden Mundial. Cuando una guerra se declara necesaria se hace y punto.

Cuando Estados Unidos quiso quedarse con Cuba y Filipinas su prensa amarilla hablaba de españoles devoradores de bebés y el general Valeriano Weyler era Atila en versión canaria. Los norteamericanos tuvieron que hundirse su propio acorazado Maine en el puerto de Santiago para que se desatara la guerra. Si Putin no invade Ucrania, algunos hubieran sido capaces de volarse un destructor en el puerto de Odessa.

Si Putin no atacaba el pasado febrero lo tendría que hacer pasado un año o dos (siempre mejor en invierno para evitar el barro), cuando Ucrania llevara machacando Donetsk y Lugansk varios meses más y cuando los laboratorios bio-químicos, esos que “no existen” pero que financia el Departamento de Defensa de EE.UU. y que en Freenoticias hemos demostrado que son reales, tuvieran listo un buen arsenal. Cuando vi hace unas horas a Ursula Von der Layen decir sonriente que íbamos a cortar completamente la dependencia del gas ruso y que eso nos hará más sostenibles y resilientes tuve una epifanía: Ursula Pfizer Von der Leyen quería esta guerra, está feliz. Y como guinda al pastel esta guerra sirve también para domesticar el pensamiento y el sentido crítico de los sufridos (resilientes perdón) súbditos. Ahora además de llamar antivacunas terraplanista a quien se oponga a una terapia génica experimental, también se podrán acusar de agente soviético y comunista-nazi-pro-Putin a quien saque conclusiones sobre los motivos de este conflicto, consideradas inadecuadas.

Para ella y los de su especie el precio de la gasolina, la factura del gas y demás preocupaciones plebeyas carecen de interés y de importancia. Es lo que tiene ser la presidenta no votada de un cónclave de comisarios no votados e ir por la vida con todos los gastos pagados y una jubilación de Euromillón.

Lo importante para Ursula es que por una parte, gracias a esta guerra, los ciudadanos europeos vamos a ser más pobres, más dependientes de sus políticas, vamos a viajar menos y a entrar de hoz y coz por el aro de la Agenda 2030 y el puto-gran-reseteo; y por otra parte se abre por fin el melón ruso que tanto desasosiega a la aristocracia globalista. Ursula ama esta guerra.

Volviendo a la pregunta retórica de ¿Cómo no va a poder Ucrania en uso de su soberanía decidir si entra o no en una alianza militar?

Muchos de quienes se hacen esta pregunta en público son los primeros que saben perfectamente que Ucrania carece de soberanía. El propio Biden lo sabe a ciencia cierta. En diciembre de 2015, siendo vicepresidente, Biden visitó Kiev y advirtió al presidente ucraniano Petro Poroshenko de que, si no despedía a un fiscal llamado Viktor Shokin, la administración Obama estaba dispuesta a retener mil millones de dólares en garantías de préstamos destinados mayoritariamente para ayuda militar para combatir a los separatistas pro-rusos del este de Ucrania ¿Me lo invento? No me hagas caso a mí y cree a Joe que no tuvo empacho en jactarse de ello en 2018 durante un acto del Consejo de Relaciones Exteriores (Council on Foreign Relations) en Nueva York.

En dicho acto Biden dijo claramente que dio 6 horas al presidente de Ucrania para que despidiera al Shokin o se quedaba sin el crédito y en palabras textuales dela mismísima momia: “oh hijo de puta, despidió al fiscal” ¿Y quien era ese tal Shokin? Pues era el fiscal que andaba investigando las corrupciones y delitos de una empresa gasista ucraniana llamada Burisma ¿Y qué tenía Joe Biden con Burisma? Pues tenía a su calamitoso vástago Hunter putero-politoxicómano Biden cobrando, sin trabajar, 83 mil dólares al mes por estar sentado en el consejo de administración de esta empresa. La verdad sea dicha, Hunter Biden sentarse en el consejo no se sentó, pero lo que sí hizo es volatizar los millones que cobró, metiéndoselos por la napia y en los tangas de las furcias que frecuentaba. En este artículo tienes todo, hasta el vídeo donde Biden cuanta sus bravatas ucranianas:

Abundantes reservas de recursos minerales (litio, hierro, uranio), una tierra rica para la agricultura y una población culta y bien formada son algunas de las poderosas razones que hacen de Ucrania un objetivo para cualquier potencia y también para los intereses globalistas. Ucrania es una nación que comparte con Rusia, además de más de 2 mil kilómetros de frontera, siglos de historia común, vínculos lingüisticos, religiosos y culturales. Negarlo es rechazar la evidencia. Instigar de manera indisimulada una rusofobia inducida, apoyar un golpe de estado y tirarse ocho años mirando para otro lado mientras morían miles de civiles en Ucrania a manos del ejército ucraniano es propio de canallas. Canallas como Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea y bruja a tiempo completo o Joe Biden el hombre que siendo vicepresidente de Obama (el Premio Nobel de la Paz que más guerras ha iniciado) actuó a modo de Cónsul Imperial en Ucrania dedicándose a chantajear a su gobierno y a robar a su población a la vez que su hijo garrapateaba una suculenta fortuna de un oligarca que le contrató tan solo para granjearse la amistad de su papi.

Ursulita y Joe, Von der Leyen y Biden, se presentaron juntos ante las cámaras hace pocas horas para contarnos que toca ser resilientes (a joderse) que nos olvidemos para siempre del gas ruso que es muy malo y demasiado barato y que 15 mil millones de metros cúbicos de un gas de peor calidad y mucho más caro que el que procede de Rusia será generosamente fletado en barcos gasistas desde los EE.UU. a Europa. Las inversiones en gaseoductos tiradas a la basura las pagaremos, resilientemente, vía impuestos; las facturas de la electricidad, el gas y de todo lo que necesitemos subirán y seremos más pobres.

Resiliencia pues hermanos, hermanas y hermanes, porque gracias a tu sacrificio por el bien de la democracia de Soros, Zuckerberg y Gates, Putin andará jodido ¿Verdad que te merece la pena? Venga ponte una bandera de Ucrania en tu perfil y ve a cazar rusos antes de que se acaben.

Rusia es un vasto país de 17 millones de kilómetros cuadrados y que cuenta con los recursos necesarios como para poder mantener un pulso y no doblegarse a los designios de nuestros bienintencionados globalistas. Por eso Rusia sobra y por eso si Rusia pierde esta guerra podemos estar seguros de que irán a por la propia Federación Rusa. Irán a por Rusia para dividirla y trocearla en repúbliquetas fácilmente sobornables, más dependientes y pobres, más manipulables y más fácilmente enfrentables entre sí. No puedo evitar ver cierto paralelismo entre lo que le deparan a la madre Rusia y lo que pasó en las Españas de ambos hemisferios entre 1808 y 1820, y a Zelensky se le está poniendo cara de Simón Bolivar.

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