Kaskado, Karroñero y un tal Kasero constituyen la quintaesencia de la cosa pepera: un albañal de mediocridad, complejos, falta de liderazgo y de espina dorsal política.
Repasemos nuestros tres super kas.
Un señor, Kasero, que se equivoca al elegir delante de dos botones y que quiere hacernos creer que como diputado, que cobra por pulsar botones, sus capacidades están no por debajo de las de un niño de 4 años, sino que son superadas por cualquier chimpacé ebrio.
Otro señoro, Karromero, que en 2012 se estrelló en Cuba contra un árbol, mientras conducía sin puntos y pendiente de que se le retirara el permiso de conducir, y que como consecuencia del golpe murieron dos destacados opositores al régimen criminal cubano: Oswaldo Payá y Harold Cepero.
El jefe político de ambos es el inefable Kasado o Kaskado o K-Asado, que tiene la gran virtud de ser un excelente orador y el gran defecto, sobre todo en política, de ser incapaz de suscitar alguna emoción distinta al aburrimiento.
Un diputado aquejado de dislexia botonera-pasajera que salva el culete a nuestro chulo-dictador; un conductor imprudente capaz de hacerle el trabajo sucio, sin querer y gratis, al régimen criminal cubano; y un potencial campeón en un club de debate con menos carisma que un champiñón. El equipo K. Todos ellos en política, cobrando buenos sueldos, tratando de convencernos que ellos y su partido son la única opción que un gran país como España tiene para escaparnos de las garras del polimentiroso chulo-piscinas que viaja en falcon.
El resto de los cuadros de esta banda conocida como La PP –Feijódete, Mañueco-diabólico, Moreno Bonilla qué merendilla , etc.– comparten muchos de los genes políticos de estos tres especímenes. Los miembros de esta K-trinidad son tres sucesos aleatorios, pero constituyen una muestra representativa de la que se deduce el patrón por el que están cortados en el Partido Pusilánime. El mismo patrón puede hacerse extensible a sus colegas y gemelos de La PSOE, si bien estos últimos carecen del gen de los complejos y por tanto pueden permitirse ser aún más inútiles que sus replicantes peperos, compensándolo con una desinhibición total como consecuencia de su injustificado complejo de superioridad moral.
Al parecer la pastorcilla guerrillera Ayuso no se fuma los mismos canutos petados de yerbas encogedoras de testículos políticos que se pasan el resto de sus cuates. En esta interesante guerra declarada en La PP, es incluso posible –que no seguro–, que emulando a Lola la Piconera , Ayuso se termine haciendo tirabuzones con las bombas que le suelten los fanfarrones.
a kaskado y compañía no les debe caber duda alguna de que lo que esta niña lleva en su cestita no son pastelitos sino munición de grueso calibre como para, entre tralará y tralarí, asolar hasta los cimientos la estructura de todo el Partido Pusilánime
Apunta Kaskado a que el hermano de Caperucita-AK47-Ayuso se sobrecogió cerca de 300 mil eurazos de un contrato por valor de un millón y medio de euros. Ahora K-perucita feroz dice que solo fueron 55 mil, y no por intermediar, sino por un trabajo realizado con el proveedor final. También es cierto que la empresa en la que su hermano Tomás trabaja, lleva varios contratos firmados con la Comunidad de Madrid. Obtener un 20% de comisión por intermediar en la compra de mascarillas a 5€ la unidad, aunque esa cantidad entonces era considerada un chollazo, por parte de la comunidad autónoma de la que tu hermana es presidente, no me termina de parecer muy ético. Aunque creo que Ayuso debe dar explicaciones más extensas sobre su asunto fraternal, también creo que parece que nos hemos olvidado de que estas cantidades son calderilla comparadas con las que durante el arranque de la Plandemia se levantaron empresas designadas a dedazo por el gobierno del Sancheztanato.

Recordemos que las compras de insumos sanitarios por parte del Ministerio de Sanidad, entonces comandado por el detestable Salvador Illa, se valoraban en cientos de millones, se adjudicaban sin concurso previo y sin publicarse en el Portal de Transparencia y se realizaban a través de intermediarios señalados digitalmente. Durante abril, mayo y junio de 2020 era bastante común observar cómo se hacían compras a través de empresas dedicadas a la comercialización de vigorizantes sexuales o al tratamiento de los piojos como Interpharma, o que se eligiera a proveedores en Hong Kong sin apenas empleados y que compartían 30 metros cuadrados de oficina con otra docena de empresas.
Por tanto, los que desde la izquierda liberticida se rasguen las vestiduras a cuenta de las andanzas de caperucita feroz, que saquen sus mejores galas para rasgárselas también después a cuenta de los despropósitos infinitamente más costosos de los chicos de Sánchezstein.
