Vídeo completo de la intervención del Joan-Ramón Laporte Roselló ante la Comisión del Congreso sobre las vacunas

Laporte ha negado que las vacunas salven vidas, se ha mostrado contrario a la vacunación en niños y adolescentes y ha tachado la vacunación masiva contra el covid de experimento.

Laporte Roselló es la persona que introdujo la fármaco-vigilancia en España y es profesor de farmacología en la Universidad Autónome de Barcelona desde octubre de 1984

A la vista de que en cualquier momento los censores de YouTube pueden dedicarse a podar de su reino todos los vídeos donde aparezca la intervención de este señor ante la Comisión de Investigación sobre la Vacunación del Congreso me lo he guardado y lo he subido al canal de Freenoticias en Rumble. Los que me leéis sabéis que me apeé de ese tren de la bruja llamado YouTube hace varios meses cuando me eliminaron un vídeo en el que criticaba a un teleñeco —Federico Jiménez Losantos, alias Pfizerico Jerínguez— que llamaba asesinos a quienes nos negamos a vacunar a nuestros hijos. Desde entonces todo va a mi servidor y a Rumble y a YouTube ni la hora le doy.

Lo irónico de esta comparecencia es que Laporte ha acudido a esta comisión a propuesta de Unidas Pandemias y La PSOE. La cara de tontos que se les ha quedado a sus patrocinadores después de tres cuartos de hora de comparecencia del profesor zurrando la badana a todos y cada uno de los dogmas vacunólogos ha sido inenarrable. Ver a la diputada de La PSOE Ana Prieto, miembro de esta comisión, repitiendo cinco veces el mantra de “las vacunas salvan vidas” mientras rebuscaba entre sus papeles, tratando de conjurar los efectos demoledores del profesor Laporte fue enternecedor.

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Los dos partidos que invitaron al profesor Laporte debieron pensar que su condición de izquierdista –es un defensor de que el Estado tenga un papel central en la sanidad– iba a imponerse a su condición de científico y su rigor profesional. Les salió rana. Personalmente me congratulo de que haya gente honesta que desde distintas sensibilidades políticas sean capaces de reconocer lo obvio y no plegarse a la dictadura sanitaria y la demagogia barata de consignas ramplonas con las que nos tratan a todos como a imbéciles funcionales.