No me voy a cortar ni un poquito: Jacinda Ardern es una zorra tirana arpía que merecería ser encerrada en prisión hasta morir.
Si no me crees, ponte el vídeo y descubre que además es admiradora de un tal “Peter Santris” from Spain (es decir Pedro Sánchez, nuestro chulo-piscinas de referencia)
Hay algo en Arden que le hace destacar por su podredumbre moral entre el albañal repleto de detritos pestilentes que es la clase dirigente política de nuestro mundo actual. Lo que hace que esta inmunda y repugnante zorra cretina resalte entre las heces bípedas que viven de sodomizar nuestras libertades es la vena sádica que transpira todo su rostro caballuno cuando les cuenta a sus súbditos como va a joderles la vida. El rostro de Jacinda se ilumina al decir que la gente podrá ir al baño en casa de sus familiares, y añade “un lujo”. La zorra bestial y despiadada disfruta, y sonríe, concediendo golosinas, como darte permiso para ir al baño en casa de tu abuelita, a los imbéciles que le votaron.
A esta cruel y bestial cochina arrogante le es imposible evitar poner cara de caperucita feroz con las bragas mojadas cuando le reconoce a un periodista que Nueva Zelanda será una sociedad de dos niveles en la que los no vacunados serán desposeídos de las libertades que los inyectados disfrutarán hasta que ella quiera.
Esta puerca inmoral se jacta de recluir a los neozelandeses en campos de concentración y que si se niegan a hacerse tests adicionales les tendrá arrestados 14 días más, y lo dice con una amplia sonrisa sanguinaria . Nadie tiene el derecho a meter a nadie nada por la nariz para poderse ir a su casa. Para esta puerca infecta, establecer un apartheid sanitario no solo no es un problema sino que lo encuentra genial a juzgar por la cara de yegua en celo que pone al decirlo.
Un periodista le preguntó a Jacinda si no pensaba que todas esas medidas para “conceder” derechos a los inyectados y robárselos a los que no se pinchan no era como establecer de facto una sociedad con dos niveles de ciudadanos. La respuesta que esta simpática pedorra autócrata le dio, sin poder contener un gesto de satisfacción, fue: “eso es, exactamente, ¡yep!”.
En Nueva Zelanda, con poco más de cinco millones de habitantes, llevan 44 muertos desde el arranque de la Plandemia (el equivalente a un mes y medio de accidentes de tráfico en el país) y aún con estas cifras su gobierno les ha mantenido encerrados siempre que esta cabrona y su gobierno despótico han querido. En Auckland llevan casi 3 meses con un encierro que está calificado como el más duro dentro de las 34 economías líderes de la OCDE.
Quitar libertades a unos y permitirles disfrutarlas a otros en función de quien se haya pinchado o no una substancia, es una aberración en sí misma y no debería ni siquiera ser una opción; pero puestos a ser unos déspotas –que es en lo que están Jacinda y tantos otros por todo el mundo– es mejor ser unos déspotas capaces de emplear argumentos válidos; pero ni eso.
Quienes entrenan perros les atizan en el hocico, les tiran de la correa, les ponen un bozal, les encierran y les reprenden cuando hacen lo que no deben o no se aprenden el truco ¿A alguien le suenan estas cosas?