En la Iglesia de la Calentología si algo no da suficiente miedo hay que quitarlo o cambiarlo. Les hemos pillado y te lo contamos.
Observa el cuadro de más bajo que aparece en el informe publicado en 1990 por el IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change o Panel Intergubernamental del Cambio Climático). El IPCC es el concilio anual que celebra el alto clero de la Iglesia de la Calentología para meternos miedo, hacernos sentir más culpables y someternos a sus sostenibles decisiones (a costa de nuestra libertad).

Fuente: Informe IPCC 1990 (página 224)
El primer gráfico es la variación anual de la extensión del hielo (de media) desde 1973 hasta 1990 en el Ártico, y el segundo gráfico lo mismo pero para el Océano Antártico. Ninguno de los dos gráficos asusta lo suficiente y en el primero hasta da la impresión que hay más hielo en 1990 que en 1970 a pesar de todos nuestros crecientes pecados carbónicos.
Ahora observa atentamente el siguiente gráfico:

Es el equivalente al primer gráfico anterior pero correspondiente al “concilio” de 2001. Fuente Informe IPCC 2001, página 125
Pongamos ambos gráficos juntos:

El gráfico de la derecha es mucho más “bonito” porque da mucho más miedo, así que se quedan con ese y el otro a la papelera de reciclaje por tratarse de ciencia facha.
En el caso del hielo antártico la cosa está mucho más pareja aunque también tiene sus “cositas” como que en 1985 el IPCC daba un aumento de la extensión del hielo que el panel del 2001 convierte en decremento

Si superponemos las dos gráficas sobre las variaciones del hielo ártico tenemos esta bonita imagen en la que se puede ver claramente que el primer gráfico (en rojo) ha sido cambiado por uno convenientemente más pesimista no sea que no cuadren los datos con el “relato”:

El gráfico que se presentaba en 1990 está realizado según figura en el informe, con datos de la NOAA (Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica) y los de 2001 son, según recoge la encíclica calentóloga de 2001 de la Iglesia de la Calentología, “una mezcla”:
“Los datos son una mezcla de Walsh actualizado (Walsh, 1978), microondas pasivo satelital del Centro de Vuelo Espacial Goddard
(Radiómetro de microondas multicanal de barrido (SMMR) y especial Sensor de microondas / generador de imágenes (SSM / I)) datos derivados (Cavalieri et al., 1997) y el satélite de los Centros Nacionales de Predicción Ambiental, datos pasivos derivados de microondas (Grumbine, 1996). Actualizado digitalizado. También se incluyen datos sobre el hielo de los Grandes Lagos (Assel, 1983)”.

Es decir que en lugar de emplear datos homogéneos para poder comparar las cosas con sensatez lo que hace esta banda de delincuentes (es lo que son) es cambiar la metodología mezclando un poco de todo y desechando lo que venían haciendo 17 años para que les quede una bonita curva asustaviejas descendente. Ya puestos a añadir, si aceptamos el de los Grandes Lagos como “hielo ártico”, por qué no incluir también el Lago de Sanabria que está más al norte que Chicago a orillas del Lago Michigan. El Lago de Sanabria está tan a tomar por culo del Círculo Polar Ártico como el de Michigan.
