Tres camioneros argelinos murieron en el ataque. Marruecos no se ha pronunciado al respecto de este acto bélico. Argelia asegura que este ataque no quedará sin castigo.
La caravana de camiones hacía la ruta entre la capital de Mauritania, Nouakchott, y la ciudad argelina de Ouargla. El ataque tuvo lugar este lunes según fuentes de Argel.
Akram Kharief, editor del sitio web argelino Mena Defense, publicó que “los camioneros argelinos fueron asesinados en Bir Lahlou”, en una carretera que atraviesa la parte del Sahara Occidental controlada por el Frente Polisario.
Argelia dice que el bombardeo marroquí ha matado a tres de sus ciudadanos en la zona fronteriza entre Mauritania y el territorio disputado del Sahara Occidental y advierte que este ataque, que atribuyen al ejército marroquí, “no quedará impune”.
Las autoridades marroquíes no se han pronunciado al respecto.
Este ataque ha tenido lugar un día después de que se materializara el corte del suministro de gas argelino que circulaba por territorio marroquí hacia la Península Ibérica, y que reportaba a Marruecos un peaje de un 7% del gas bombeado hacia España y Portugal. Además de quedarse sin ese gas gratuito, Marruecos deja de percibir los pagos de Naturgy y Galp por el mantenimiento de los 500 km de conductos por los que ya no circula ni un centímetro cúbico de gas y que ahora son de su propiedad.
En Agosto de este año Argelia suspendió relaciones diplomáticas con el régimen de Mohamed VI, además de prohibir el sobrevuelo de su territorio a cualquier aeronave con bandera de Marruecos. Esto supuso una nueva escalada en un conflicto que hunde sus raíces en la “Guera de las Arenas” de 1963.
En nuestro artículo publicado el 24 de octubre (ver enlace justo debajo de este párrafo) comentamos que un conflicto bélico entre Marruecos y Argelia era uno de los posibles escenarios hacia los que podría conducir esta escalada entre las dos naciones magrebíes.
Como publicábamos hace 11 días, existen tres escenarios posibles: que Marruecos se busque el suministro que deja de recibir vía otros proveedores, alcanzar un acuerdo con Argelia y el tercero “es un ataque militar directo por parte del ejército alauita. Mi apuesta sería una ofensiva aérea sobre el noreste de Argelia para dañar tanto las plantas de licuefacción de gas como las instalaciones portuarias de Beni Saf. La excusa para este ataque podría ser cualquiera, desde un atentado de encargo de falsa bandera hasta una afrenta prefabricada.”
El ataque de este lunes se encuadra dentro de este tercer escenario. Marruecos por supuesto deberá buscar proveedores alternativos de combustible en un mercado al alza y difícil y eso le pone en una situación difícil ante su propia población que verá encarecerse el coste de la electricidad (y de muchas más cosas). La petición de Marruecos a España de que se revierta el flujo de gas para que discurra desde nuestro país hacia la dictadura alauita es la prueba de que Rabat siente la urgencia de abastecerse. Qué mejor manera de obtener gas que apretándole sus mentirosas pelotas al narciso de la Moncloa, una verdadera nenaza en política internacional, considerado como la putilla más fácil en el mundo de la diplomacia mundial. El problema para Marruecos no está en que Madrid no autorice este suministro, tienen suculento material para chantajear al gabinete del doctor embuste hasta que nuestro gobierno feminista ceda, sino en que a Argel no le hará ninguna gracia que habiendo cortado el grifo a su enemigo, llegue Sánchez y se lo abra. Argel puede dar un puñetazo en la mesa y cortar dos meses el flujo de gas a la Península a través del gaseoducto de Medgaz. Invierno y sin gas, eso sería jaque mate para nuestro psicópata Pedro. El acuerdo entre el reino alauita y su vecino argelino tendría a este último jugando de mano y con varios comodines y solo sería posible si Marruecos acepta lo que Argelia le imponga, que no será poco; eso no lo verán nuestros ojos.
Así que, a mi entender, quedan como más probables dos escenarios: Marruecos asumiendo la situación y subiendo el precio de los combustibles a sus ciudadanos mientras maduran su venganza, y Marruecos buscando una guerra para desquitarse lo más rápidamente posible de Argelia y forzando a este país a renegociar desde una posición de poder. Esta segunda posibilidad es hacia lo que este ataque apunta. Bajo mi punto de vista Marruecos va a ir escalando poco a poco la tensión propinando picotazos cada vez más duros a su rival, esperando la reacción de este, mientras en el plano diplomático va sumando aliados antes de que el conflicto estalle. Para Marruecos dejar de contar con un gas regalado y unos ingresos fijos puede suponer un aumento del descontento social, cuando este órdago argelino se traduzca en subidas de los precios de la energía y de la cesta de la compra en general. Mohamed VI no puede permitirse regalar esa baza a Argelia, que estaría encantada de ver como su vecino del oeste sufre un poco, o un mucho, de revuelo, y ve crecer la inestabilidad política.
Si Argelia se limita a devolver los golpes de manera proporcional en lugar de entrar al trapo de la provocación, que sin duda irá in crescendo, entonces es posible que sea Marruecos quien se lance a una guerra abierta lo cual tendría un coste diplomático más alto que si Rabat es capaz de convencer a la Comunidad Internacional (detesto ese término, por cierto) de que Abdelmadjid Tebboune es un monstruo que deja que los niños marroquíes mueran de frío este invierno.
Las declaraciones que llegan desde Argelia no dejan lugar a dudas de que le han tomado la matrícula al régimen de Mohamed VI:
“Varios factores apuntan a que las fuerzas de ocupación marroquíes en el Sáhara Occidental cometieron este cobarde asesinato con armamento sofisticado”.
“Su asesinato no quedará impune”, es el comunicado desde la presidencia argelina en su nota de prensa, rindiendo homenaje a “las tres víctimas inocentes de este acto de terrorismo de Estado“.
La carretera que une Nouakchott, en Mauritania, con Ourgla, en el sur de Argelia, recorre el Sáhara Occidental a lo largo de 3.500 km. Aunque no se ha facilitado el lugar exacto del ataque todo apunta a que este tuvo lugar en la zona de Bir Lahlou en el tramo que transcurre por parte del Sahara Occidental no ocupado por Marruecos y a unos 25 kilómetros de uno de los muros del ejército marroquí. Algunos informes hablan del empleo de drones de ataque recientemente adquiridos por Rabat de Turquía, mientras que otras fuentes señalan un ataque con piezas de artillería.
