El locutor de EsRadio, ahora conocido como “Pfizerico Jerínguez Losmando”, pierde el oremus, o gana algo peor, e insulta a más de la mitad de su audiencia.
Antes de entrar en materia ofreciendo datos y razonamientos adelantaré mis conclusiones:
En el asunto de las vacunas, Federico Jiménez Losantos ha demostrado ser un lerdo, un ejemplar de ilustradísimo lenguaraz mini-macarra gilipollas, incapaz de hilvanar un discurso medianamente coherente y convincente. Jerínguez se ha cubierto de estiércol en directo, él solito, mostrándose como un ser desconectado de la realidad, divorciado del sentido común y preso de su descomunal vanidad.
Y ahora vamos al guiso.
Hay cosas inopinables como que la razón entre el perímetro de una circunferencia y su diámetro es un número llamado Pi o que el Sol se pone por el oeste. Puedes llamar lerdo o pirado, porque lo es, a quien te diga que el Sol se oculta por el este o que el número Pi no relaciona a la circunferencia con su diámetro.
Hay cosas relativas como los gustos personales. No puedes llamar lerdo o pirado a quien le guste más el color verde o el amarillo por más que tú pienses que el azul es el mejor color porque haciéndolo la cara de lerdo se te acaba poniendo a ti.
Otras cosas que no puedes hacer sin quedar como un patán, es llamar jirafas a las cigüeñas y encima decir que son lerdas porque entonces las cigüeñas, si hablaran, podrían decirte que lo tuyo no es la zoología, y con razón. Tampoco puedes llamar antiverduras a los que no les gusta comer hojas de adelfas porque eso es una generalización muy tosca. Las hojas de adelfa son repugnantes, ni las cabras las comen, y aunque son vegetales a nadie se le ocurre catalogarlas como verduras. Y creo que ya se me va entendiendo.
Una diferencia entre tú y yo , Federico-so-lerdo, es que a mí me da lo mismo que tú defiendas la vacuna o hasta que te cases con ella, pienso que un liberal con otra opinión debería consentir la discrepancia igualmente, en lugar de actuar como un comisario farmacéutico y despedir a Fray Josefo por un delito de pensamiento
Pfizerico Jerínguez Losantos, un tipo admirable por muchas cosas, lleva un par de días llamando antivacunas y bebedores de lejía a cualquiera que tenga siquiera una duda razonable sobre las llamadas vacunas contra el virus coCHINO. No conozco a nadie a quien le dé por beber lejía, tampoco a nadie que se oponga a vacunarse, él o a sus hijos, con la vacuna de la rubeola, la del sarampión, la de la poliomielitis o la del meningococo. En cambio sí conozco gente que tiene serias reservas –sustentas por datos objetivos no por vendedores de crecepelo como Nuggela & Sulé– acerca de la seguridad de estas nuevas vacunas.
En el caso de las vacunas el Sol no siempre se pone por occidente. No podemos estar completamente seguros de que inyectándonos algo las cosas vaya a ir según queremos. Pero sí podemos tomar decisiones basadas en datos. Si vemos que a causa de una enfermedad están muriendo, pongamos que 100 personas por cada millón, y que vacunando a ese millón solo mueren dos por la enfermedad y uno por la vacuna, los números están claros y la decisión lógica es vacunarse. Hay vacunas testadas durante décadas que previenen miles de enfermedades y muertes y tan solo causan efectos secundarios en muy pocas personas por millón.
Si además esa vacuna es esterilizante, impide ser contagiado y por tanto contagiar, vacunarse es la opción clara. En este tipo de vacunas quien se vacuna no tiene que preocuparse de si los demás pueden estar contagiados porque no se va a infectar.
Las vacunas salen al mercado después de pasar por una serie de pruebas clínicas que se pueden acelerar solo hasta cierto punto. No se pueden conocer los efectos a medio y largo plazo hasta que no pasan esos plazos –es de cajón– y se puede ver en los grupos de control qué es lo que pasa. Lo anterior es aún más relevante cuando se trata, como es el caso, de vacunas con una tecnología nueva (ARN mensajero).
Estas novedosas vacunas se nos vendieron primero como la solución definitiva que te salvaba de contagiarte, a partir de ahí el relato legendario –y oficial– sobre las “habilidades” de estos inyectables ha perdido su epicidad inicial. Te inmuniza un 70%, un 50%, …un 40%, no te inmuniza pero te evita caer enfermo, no siempre te evita caer enfermo, no evita que te contagies, no evita que contagies a los demás, debes seguir llevando mascarilla,… Lo que empezaron siendo vacunas milagrosas andan ya al nivel del Frenadol. Con la diferencia de que los antigripales como el Frenadol tienen muchos menos y más livianos efectos secundarios.
Una vacuna es mejor si es esterilizante (que esterilice al virus, no al sujeto), estas vacunas no lo son. Una vacuna es mejor si se conocen todos sus efectos secundarios, de estas no conocemos todos por la obvia razón de que deben pasar años para descubrirlos. Una vacuna es mejor si esos efectos secundarios se manifiestan muy infrecuentemente, ese no es el caso con estas vacunas si las comparamos con las más habituales.
Decía Pfizerico del Tremedal hace tres días que los padres que no vacunan a sus hijos son unos asesinos (ver el vídeo que encabeza este artículo) ¿Por qué son asesinos?
¿Son asesinos por impedir que sus hijos se inoculen unas vacunas experimentales para prevenirles, un poco solo, que contraigan una enfermedad que prácticamente no les hace caer enfermos y les mata mucho menos que la gripe de la que no se vacunan?
¿Son asesinos por querer evitar que sus hijos puedan padecer efectos secundarios conocidos y por conocer a cambio de recibir una escasa protección contra un virus que casi ni les afecta?
¿Son unos asesinos por no inocular algo que sus hijos no necesitan y que puede encima acarrearles consecuencias negativas?
Por cierto Federico, ¿vas tú a responsabilizarte en el futuro de las consecuencias que pueda haber después de haber empujado a la gente a vacunar a los niños para no sentirse unos asesinos? ¿Vas a pedir perdón o a pagar de tu bolsillo los tratamientos que necesite los niños que se vacunen porque sus padres confiaron en tus prescripciones de doctorcito predicador? ¿O se apagará tu ardor guerrero farmacéutico y tu fe del carretero cuando te tengas –ojalá que no sea así– que tragar hasta tu último insulto, aunque sea por vía rectal?
¿Te resulta atractiva, Federico, la idea de tener sobre tu conciencia, de aquí a 5 o 10 años, las derivadas nocivas o incluso letales que puedan sufrir los niños cuyos padres les vacunaron movidos por tu presión y para no sentirse, nada más y nada menos que unos asesinos? Los liberales se suponen que dejan al individuo elegir y permiten el libre intercambio de ideas. Tú podrías estar a la altura del liberalismo que dices profesar y dar argumentos en favor de las cosas sin tapar los datos y los argumentos en contra –que sabes que existen y son bien potentes– y así asegurarte poder dormir tranquilo… Pero no lo haces, so lerdo.
Después de admonizar a tu grey para que se vacunen a troche y moche, so pena de que tú pienses que son unos asesinos, ¿serás tú quien les explique a los padres, y a las niñas de esos padres, que –Dios no lo quiera– queden estériles o con otras secuelas por inyectarse una vacuna que no necesitaban?
¿O dejarás que sea tu monaguilla Isabel Janssenbastián la que se ocupe de las jaculatorias excusantes cuando llegue el caso porque tú te retires a rezar a la Virgen del Tremedal para que te perdone tus pecados de engreído ignorante fatuo y pagado de ti mismo,… so lerdo?
Hablando de monaguillos. Hoy leí un editorial de tu sacristán Somalo, que dice entre otras cosas:
“La decisión individual de no vacunarse o la duda sobre su efectividad o posibles efectos, pese a la abundante información existente, podría quedar en la esfera privada de cada cual aunque a mí me resulta del todo incomprensible”
También sería interesante que Javier repasara la “abundante información” oficial y contrastada que induce claramente a tener todas las reservas, y alguna más, a la hora de vacunarse. Pero lo más vomitivo que escribe este sacristán pelota de tu parroquia –cada vez más ayuna de fieles– es que sugiere que nos callemos los que no pensamos como él, pero eso sí, él no se calla y predica como el campeón tiralevitas que es. A ese juego también sé yo jugar, aunque no me guste. Puedo decirle a Somalo dándole la vuelta a su frase liberticida algo así como:
“Sería interesante que la decisión individual de vacunarse o la duda sobre su no efectividad o sus no posibles efectos, pese a la abundante información existente, podría quedar en la esfera privada de cada cual aunque a mí me resulta del todo incomprensible”
¿Te resulta atractiva, Federico, la idea de tener sobre tu conciencia, de aquí a 5 o 10 años, las derivadas nocivas o incluso letales que puedan sufrir los niños cuyos padres les vacunaron movidos por tu presión y para no sentirse, nada más y nada menos que unos asesinos? Los liberales se suponen que dejan al individuo elegir y permiten el libre intercambio de ideas. Tú podrías estar a la altura del liberalismo que dices profesar y dar argumentos en favor de las cosas sin tapar los datos y los argumentos en contra –que sabes que existen y son bien potentes– y así asegurarte poder dormir tranquilo… Pero no lo haces, so lerdo
Una diferencia entre tú y yo , Federico-so-lerdo, es que a mí me da lo mismo que tú defiendas la vacuna o hasta que te cases con ella, un liberal con otra opinión distinta debería consentir la discrepancia (tú, so lerdo, no lo haces), en lugar de actuar como un comisario farmacéutico y despedir a Fray Josefo por un delito de pensamiento. Pagas a los tuyos con despidos por atreverse a plasmar sus opiniones en un medio que se llama “Libertad Digital”, háztelo ver en la consulta esa que emites a mediodía. Cambia ya la segunda palabra y pon “condicional” para ser consecuente,… so lerdo.
Tu sacristán dice a continuación en su editorial:
“Dudar puede ser un síntoma de raciocinio, de independencia. La duda individual, claro. Es la que ha sido tantas veces perseguida por ser contraria al dogma. No intenten hacernos creer los criminales activistas antivacunas que ellos dudan porque no es así: pretenden ser el dogma y son ya los que coartan y persiguen para vengarse de su insignificancia”
Por si Javier y Federico no se han enterado, en esto de las vacunas el dogma es el que ellos y su coro de cheerleaders abrazan, y la duda individual, la de por ejemplo Fray Josepho, en Libertad Condicional se recompensa con un bonito despido por cojones. De verdad que me das lástima Javier, viéndote hacer piruetas imposibles para justificar lo que sabes que no se puede justificar. Suerte con tu tratamiento para esa disonancia cognitiva que te atenaza. Pregunta a los de “Mundo Natural” qué te recomiendan para lo tuyo…y lo de Federico, so lerdo.
Federico refuerza su ilógico y patético pseudo-argumento, consistente en acusar de asesinos y filicidas a los padres “antivacunas”, diciendo que en España al nacer a los bebés se les administran 6 vacunas obligatorias. No es exactamente al nacer, pero bueno casi… al menos el dato no es tan disparatado como los que da Pfizerico cuando pisotea la tabla periódica confundiendo al cloruro de sodio (la sal común) con la lejía.
A los niños se les administran 6 vacunas durante aproximadamente el primer año. Todas son vacunas que ofrecen una inmunidad potente a los niños contra enfermedades que SÍ les afectan. Si tomamos decisiones basadas en datos y no en irracionalidades de engreído locutor histérica podemos asomarnos a las cifras y ver lo que pasa.
El VAERS (Vaccine Adverse Event Reporting System) es el sistema de notificación de reacciones adversas a las vacunas de los EE.UU. El Sistema de Notificación de Eventos Adversos a las Vacunas es un programa para la seguridad de las vacunas, administrado conjuntamente por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. y la Administración de Alimentos y Medicamentos. En este sistema se recogen todas las reacciones negativas a las vacunas que se notifican en todo ese país.
Las vacunas que se administran a los niños en sus primeros meses de vida han registrado 80 efectos adversos en el caso de la poliomielitis (2021), la vacuna del tétanos difteria gripe B y hepatitis B, 2 casos (2021) y las demás 1 caso (en muchos años ninguno). Las vacunas del Covid-19 en lo que va de 2021 llevan reportados 564.826 casos ¡Entre siete mil y quinientas mil veces más casos!

¿Alguien necesita un mapa o un manual? Si a la gente capaz de sumar, restar, dividir y multiplicar, que quiere a sus hijos, les das esos datos objetivos, es lógico que quieran meterle a Federico las vacunas Covid por el culo, jeringuilla y aguja incluidas.
Hay que ser un lerdo ignorante, un cabrón engañoso o un cóctel de ambas cosas, para llamarnos asesinos a los padres que no queremos vacunar a nuestros hijos con algo que no necesitan ni ellos ni la sociedad. La rubeola, la meningitis, la varicela, el tétano o la difteria pueden matar infinitamente más a los niños que el Covid-19. Las vacunas contra esas enfermedades que TODOS los “antivacunas” estamos felices de administrar a nuestros hijos son eficaces y provocan efectos secundarios estadísticamente despreciables. Son vacunas necesarias, eficaces y con muy pocas contraindicaciones.
Las vacunas Covid actuales, de tipo antigripal, no son necesarias para los niños y su escasa eficacia no compensa el hecho de ser hasta 500 mil veces más peligrosas que las vacunas que sí necesitan y que sí les protegen contra enfermedades por las que sí tienen posibilidades de enfermar muy severamente o morir.
¿Más datos?
En el Reino Unido las actuales vacunas contra el virus chino provocan, en 7 meses, 17 veces más reacciones adversas y 5 veces más muertes que las 8 últimas vacunas aprobadas (estas sí), durante los últimos 10 años. Mira tú por donde, me pongo a desconfiar. Lo que afirmo está avalado por los datos de la agencia del medicamento británica, MHRA, facilitados a petición ciudadana (Fuente: The Daily Expose y la referencia es FOI 21/590 a petición de Duncan Husband)

Federico y yo tenemos en común nuestra admiración por el estado de Israel así que creo que le podría interesar un estudio llevado a cabo por una de las cuatro organizaciones sobre las que se asienta el sistema público de salud israelí (el Servicio Sanitario Maccabi). Empleando dos grupos de 16.215 sujetos, uno de vacunados con Pfizer y otro de personas que habían contraído el virus en la 3ª ola israelí (enero y febrero de 2021) llegaron a la conclusión de que la inmunidad natural del primer grupo es 27 veces más eficaz previniendo el contagio que la de la vacuna de Pfizerico… ¿Te enteras, so lerdo?
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…Sigue que te queda el epílogo de este artículo:
Federico dice mucho eso de “estar en contra del sistema métrico decimal” como una forma de escarnio de sus adversarios, y yo se lo compro. El sistema métrico decimal es una convención muy práctica a la hora de medir las cosas de una forma homogénea y entendible de manera universal. A mí me gusta emplearlo en mi día a día y a la hora de hacer cálculos o interpretar tablas. Se puede ver que soy tan de gatillo fácil para disparar insultos como Pfizerico-so-lerdo, el sarcasmo es un estilo de natación que me entusiasma practicar pero lo suelo hacer cuando nado en una piscina repleta de datos y documentación para que mis insultos se transformen en adjetivos calificativos.
¿Te enteras Federico, so lerdo?…mamarracho
Genial artículo, Federico está a sueldo de las farmaceuticas, alguien que destapó las mentiras del 11m no puede creerse esta farsa. Lo cual le hace más culpable, la mayoría de mi entorno cree en la plandemia por ignorancia, pero Federico lo hace por maldad. He descubierto hoy tu blog y me encanta, un saludo y mucha fuerza.
Un placer seguir en la brecha solo por comentarios como el tuyo.
Simplemente maravilloso, contundente y clarito, quien quiera que lo entienda, felicitaciones
Me alegra mucho que te haya gustado. Muchas gracias. Puedes pasarte por nuestro foro en Telegram y participar cuando y cuanto quieras. El enlace lo puedes ver en la web. También puedes contactar conmigo en Twitter @PesoRazon o en Gab @Freenoticias
Un abrazo