Imagínate una serie en la que la Fiscalía General del Estado estuviera en manos de la novia del abogado favorito de narcotraficantes y dictadores.
Esa serie se está rodando en España desde hace unos cuantos años. Hay muchos “personajes”. Además de una fiscal encamada con un ex juez prevaricador, abogado defensor de narcotraficantes, blanqueadores de dinero y testaferros de dictadores, también hay un ex-embajador amigo de un ex-ministro de defensa. Y muchos más. Para abrir boca empezaré diciendo que el ex-embajador está acusado de recibir 35 millones de dólares a través de una empresa petrolera controlada por una dictadura y usada como herramienta de corrupción masiva.
Otro personaje de esta serie sobre la corrupción, la avaricia y el poder, es (o mejor dicho era) un directivo de esa generosa empresa petrolera. Este ejecutivo era el encargado de estampar su firma para hacer llegar dinero sucio a los amigos de la dictadura. Este personaje de la serie cubrió de pasta al al ex-diplomático y a su hijo. Cuando este hombre de paja viajó a España para testificar ante la audiencia nacional, acabó siendo suicidado en una oficina de San Sebastián de los Reyes. El ex-embajador debió dormir más tranquilo a partir de entonces, sabiendo que el que firmaba los cheques que él cobraba dormiría callado para siempre.
Los amigos del ex-diplomático, el ex-ministro, un socialista muy cristiano, y el ex-presidente, un tipo que no ceja de apoyar regímenes totalitarios, también durmieron mejor ese verano. Siempre reconforta saber que alguien a quien nombraste para un puesto de importancia no tendrá motivos para salpicarte con la mierda en la que chapotea, al menos mientras la mierda no le ahogue.
Otro personaje de esta trama-serie es el que fuera responsable de los servicios secretos de la dictadura, un “pollo” de mucho cuidado, que iba a ser extraditado a EE.UU. acusado de inundar ese país con drogas. Este siniestro personaje avícola está acusado de colaborar con la narco-guerrilla de las FARC en los años en los que fue el jefe de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM). Este “pollo” permitió que los narco-terroristas colombianos pudieran sacar su droga hacia los EE.UU. vía Venezuela mediante salvoconductos u otorgándoles cargos gubernamentales o identidades ficticios.
El pollo en cuestión cayó en desgracia cuando mostró cierta compasión por el hambre que pasaba el pueblo que él mismo ayudó a oprimir. Se largó a España esperando poder recibir asilo y disfrutar de la fortuna que, como tantos otros cleptócratas del régimen venezolano, había amasado y evadido.
Pero este ave migratoria se encontró con que, también en España, la DEA y la justicia estadounidenses querían cobrarse las cuentas pendientes con él. Recordemos que el pollito fue quien se ocupó de llevar a cabo la orden de expulsar a la DEA de Venezuela.
El polluelo entró en España (vía República Dominicana) en febrero de 2019 con la identidad de, sujétate bien, José Mourinho (no le debe gustar el fútbol porque eligió un nombre útil para cualquier cosa excepto para pasar desapercibido). El 19 de abril fue detenido y en septiembre la Audiencia Nacional rechazó la extradición dejándole en libertad condicional. Cuando la fiscalía revocó esta libertad condicional y el gobierno aprobó la extradición, cinco meses después, el pollo había –convenientemente– volado.
La fiscalía española aún no estaba en manos de la novia del abogado defensor del polluelo. El pollito, que estaba en todo momento vigilado por los servicios secretos españoles, ya conocía el triste destino del ejecutivo suicidado y sabía que había que protegerse bien porque a muchos importantes personajes españoles de esta serie (el ex-diplomático, el ex-presidente, el ex-ministro entre otros) no les iba a hacer mucha gracia que el general a cargo de la inteligencia militar venezolana cantara todas las canciones de su amplio repertorio.
El general pollastre lleva al menos desde 2016 trabajando con el abogado-novio de la actual fiscal general del Estado. En ese año un empresario venezolano, Wilmert Ruperti, pagó al bufete del abogado-novio (Ilocad) 1,85 millones de dólares para elaborar “un informe independiente sobre el origen, desarrollo, consistencia (…) sobre las investigaciones abiertas en Estados Unidos de los casos que afectan a quien fuera director de los servicios de inteligencia de Venezuela, Hugo Carvajal”.
(Nota: los nombres de los personajes creo que están claros para cualquiera que esté un poco al tanto de la actualidad así que empezaré a partir de este punto a llamar a todos los personajes de la serie por sus nombres. La fiscal es Dolores Delgado, su novio ex-juez prevaricador y abogado de narcos y dictadores es Baltasar Garzón, el ejecutivo de la empresa petrolera que fue suicidado es Juan Carlos Cabrera Márquez y el ex jefe de los servicios secretos venezolanos es el general Hugo Carvaja, alias “el pollo”)
Tres meses después de pagar a Garzón, la compañía del “generoso” empresario Wilmert Ruperti —Maroil Trading Inc— fue adjudicataria de un contrato por 138 millones de dólares con la petrolera PDVSA. La misma petrolera en la que el ejecutivo a cargo de los pagos era el suicidado Juan Carlos Cabrera. Mira qué coincidencia.
En agosto de 2016 el exmagistrado viajó a Isla Margarita (Venezuela) para encontrarse con el general chavista, identificado por los EE.UU. como uno de los líderes del Cartel de los Soles, el grupo de narcos controlado por el Ejército chavista (como informó ABC).
El objetivo de Ruperti y de Carvajal era que la estrategia de defensa que diseñara el ex juez prevaricador también sirviera para ayudar en la defensa de los narcosobrinos de Hugo Chávez — Efraín Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas cumplen 18 años de prisión en Nueva York– y la de la narco-primera dama Cilia Flores, que también en la lista dela DEA.
Ruperti, quien también corrió con los gastos de defensa de los narcosobrinos, es un hombre muy desprendido como puedes ver.
Garzón es también el responsable de la defensa de otro pájaro de cuenta del régimen dictatorial narcozolano, llamado Álex Saab, del que hemos hablado bastante en Freenoticias (si quieres entretenerte pinchando aquí tienes material de sobra acerca de las andanzas de Álex Saab). Saab es el testaferro de Nicolás Maduro, un colombiano de origen libanés que ha hecho rico al dictador y a su corte mercadeando por el mundo con el hambre de los venezolanos (cajas CLAP) y malbaratando el oro y los recursos venezolanos. Por supuesto todas las transacciones en las que Saab ha estado involucrado han ido dejando suculentas comisiones que han forrado de oro los riñones de los sátrapas caribeños. A Saab le trincaron en Cabo Verde en junio de 2020 haciendo una parada técnica en un jet privado con destino a Irán.
Garzón no trabaja por calderilla, la defensa del “Pollo” no va a bajar de 3 millones (1,85 ya los ha cobrado su despacho) y respecto a la defensa de Saab contábamos en nuestro artículo del pasado 2 de agosto de 2020 Baltasar Garzón el abogado del diablo que cobra hasta por dar la hora lo siguiente:
«Alex Saab habría desembolsado 65 millones de dólares para hacer frente a los gastos de su defensa a través de una cuenta en Suiza. Los fondos se hicieron llegar a una firma de abogados madrileña desde la cual se cursaron pagos a numerosos abogados según informa el diario Primer Informe«
Todo apunta a que ese despacho de abogados madrileño que ha repartido esa cantidad de pasta de procedencia más que dudosa podría ser el de Baltasar Garzón, que está ubicado en la Avenida de Menéndez Pelayo de la capital de España, teniendo en cuenta que es Garzón el que se hará cargo de su defensa ante el tribunal de la Haya
Está claro que Garzón es un hombre de confianza de la narco-dictadura venezolana, 65 millones de dólares para coordinar una defensa legal no se le transfieren desde Suiza a cualquiera.
Saab al menos no está en España y, hasta donde se sabe, Garzón no se acuesta con los responsables fiscales de Cabo Verde como sí sucede en España.
Apoya el proyecto de Freenoticias comprando en nuestra tienda de productos exclusivos “Freenoticias”