La dictadura comunista china amenazaba este pasado miércoles con un “contraataque” a pocas horas de que se hiciera público el informe de los servicios secretos norteamericanos sobre el origen del virus chino.
“Continuaremos cooperando con organizaciones internacionales como la OMS en su investigación y en su búsqueda de los orígenes. Pero no aceptamos acusaciones infundadas e injustificadas que tengan motivaciones políticas. Y si quieren acusar a China sin fundamento, es mejor que estén preparados para aceptar el contraataque de China“. Así de claro y contundente fue ante medios chinos e internacionales Fu Cong, director general del Departamento de Control de Armas del Ministerio de Relaciones Exteriores.
El mensaje ha sido recibido alto y claro, y muy bien entendido, por la Administración Biden, en donde son conscientes de que su presidente es rehén de China desde hace como poco 8 años.
Al final de este artículo desentrañaré las que creo son las bazas con las que el gobierno comunista chino jugará para tapar la boca a un Joe Biden, que además de estar cada vez peor de “lo suyo” (una demencia senil galopante o algo peor, lo último dormirse en mitad de una charla con el primer ministro de Israel), es rehén del régimen comunista de Pekin. El argumento principal con el que China puede literalmente aniquilar la credibilidad de la Administración estadounidense es que el virus chino es una coproducción chino-norteamericana, y esa afirmación no estaría muy alejada de la realidad. Luego iré con eso, pero vayamos por partes.

Justo un día antes de esta nada velada amenaza china, el martes pasado, la comunidad de inteligencia norteamericana entregaba en la Casa Blanca el informe solicitado por Joe Biden hace tres meses acerca del origen del virus chino.
Ese mismo día la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo a los periodistas que el informe probablemente necesitaría un par de días más de revisión antes de que se pudiera publicar una versión desclasificada. Tres días después de las declaraciones de Psaki, y dos tras la amenaza de Cong, se hizo pública la versión sin clasificar del informe.
cuatro agencias dicen que es de origen natural pero sin terminar de creérselo mucho (tienen escasa confianza)
¿Alguna sorpresa en esta versión para todos los públicos de lo que la CIA, la NSA y el resto (hasta 18 agencias) han estado indagando estos últimos 90 días? La conclusión es que todo pudo ser, unos dicen que es un virus de laboratorio y otros que es de origen natural pero que no están nada convencidos, y todos los servicios de inteligencia coinciden en que sin la cooperación de China no se va a poder saber con plena certeza (un alivio para ambos países).
En Freenoticias os desgranamos el contenido del informe resumen.
“Después de examinar todos los informes de inteligencia disponibles y otra información, la Comunidad de Inteligencia permanece dividida sobre el origen más probable del Covid-19. Todas las agencias evalúan que dos hipótesis son plausibles: exposición natural a un animal infectado y un incidente asociado con un laboratorio ”
En el siguiente enlace puedes abrir el informe resumen de 2 folios (¡90 días de trabajo de miles de funcionarios sintetizados en dos folios!)
Otra de las conclusiones obtenidas es que:
Cuatro elementos de la Comunidad de Inteligencia (cuatro agencias de las que no se dan los nombres) y el Consejo Nacional de Inteligencia evalúan con poca confianza que la infección inicial del SARS-CoV-2 probablemente fuera causada por la exposición natural a un animal infectado con él o un virus progenitor cercano, un virus que probablemente sería más del 99 por ciento similar al SARS-CoV-2. Estos analistas dan peso a la falta de conocimiento previo de los funcionarios de China, los numerosos vectores de exposición natural y otros factores.
Es decir que cuatro agencias dicen que es de origen natural pero sin terminar de creérselo mucho (poca confianza)
Y prosigue:
Un elemento de la comunidad de Inteligencia (IC por sus siglas en inglés) evalúa con moderada confianza que la primera infección humana con SARS-CoV-2 probablemente fue el resultado de un incidente asociado con un laboratorio, que probablemente involucró experimentación, manipulación de animales o muestreo por parte del Instituto de Virología de Wuhan. Estos analistas dan peso a la naturaleza intrínsecamente arriesgada del trabajo con coronavirus.
Una agencia evalúa con MODERADA confianza que se trate de un virus con origen en un laboratorio. Nótese que cuatro agencias muestran POCA confianza en el origen natural y una muestra una MODERADA confianza en que el virus chino fuera originado en un laboratorio mediante procesos de ingeniería genética. Mis lectores son muy listos y a buen entendedor…
Una agencia dice que tienen moderada confianza en que el virus china es producto de experimentos de ingeniería genética llevados a cabo en china
Y prosigue:
Los analistas de tres agencias siguen siendo incapaces de unificarse en torno a ninguna explicación sin información adicional, algunos analistas favorecen el origen natural, otros un origen de laboratorio y algunos consideran que ambas hipótesis son igualmente probables.
Las variaciones en los puntos de vista analíticos se derivan en gran medida de las diferencias en la forma en que las agencias sopesan los informes de inteligencia y las publicaciones científicas, y las brechas de inteligencia y científicas.
Y finalmente hay 3 agencias donde no se aclaran ya que internamente hay analistas que se inclinan por una versión, algunos lo hacen por la otra y también los hay que encuentran ambas hipótesis igualmente probables.
Y el resumen del informe (el que no está clasificado) termina diciendo que:
La Comunidad de Inteligencia juzga que no podrán proporcionar una explicación más definitiva sobre el origen de COVID-19 a menos que nueva información les permita determinar la vía específica para el contacto natural con un animal o para determinar que un laboratorio en Wuhan estaba manejando SARSCoV-2 o un virus progenitor cercano antes de que surgiera el COVID-19.
La Comunidad de Inteligencia, y la comunidad científica mundial, carecen de muestras clínicas o de una comprensión completa de los datos epidemiológicos de los primeros casos del COVID-19. Si obtenemos información sobre los primeros casos que identificaran un lugar de interés o una exposición ocupacional, esto podría alterar nuestra evaluación de las hipótesis.
Lo más probable es que se necesite la cooperación de China para alcanzar una Evaluación concluyente sobre los orígenes del COVID-19. Pekín, sin embargo, sigue obstaculizando la investigación global, se resiste a compartir información y culpa a otros países, incluido Estados Unidos. Estas acciones reflejan, en parte, la propia incertidumbre del gobierno de China sobre dónde podría conducir una investigación, así como su frustración por que la comunidad internacional esté utilizando el tema para ejercer presión política sobre China.
Ese es el resumen en 4 puntos:
Las agencias de inteligencia coinciden en que que creen que China está asustada acerca de a dónde podría llegar una investigación en la que el régimen comunista colaborara.
Las agencias que dan mayor plausibilidad al origen natural del virus chino lo hacen mostrando poca confianza.
La agencia que concluye que se originó en el laboratorio (de Wuhan) tiene confianza moderada en su conclusión.
Tres agencias no se ponen de acuerdo internamente sobre cuál es la hipótesis más plausible.
Sin nada que se acerque a los recursos de los que disponen estas agencias de espionaje, cualquier persona bien informada y con capacidad racional (lo segundo es cada día algo más escaso) tiene claro que la posibilidad de que el virus chino sea de origen natural es la misma que la que tendría una mujer cristiana de ser presidenta de Afganistán, entre muy poca y ninguna.
El burócrata comunista chino, Fu Cong, del que hablaba al principio, dijo muchas cosas en su rueda de prensa del pasado martes. No solo no se cortó ni un poco a la hora de amenazar a EE.UU. con un contraataque si les importunaban con el origen del laboratorio, contó mucho más. Según se puede leer en la web del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Cong acusó a los EE.UU. de ser ellos los creadores del virus (a pesar de que el bicho saltara a la fama en la misma ciudad, Wuhan, en donde China tiene su laboratorio de máxima seguridad):
Si algunas partes opinan que la hipótesis de la “fuga de laboratorio” permanece abierta, se debe realizar una investigación en Fort Detrick y en la Universidad de Carolina del Norte basada en el principio de equidad y justicia. El Embajador Chen Xu también adjuntó dos documentos oficiosos titulados “Puntos dudosos sobre Fort Detrick (Instituto de Investigación Médica de Enfermedades Infecciosas del Ejército de EE. UU.)” e “Investigación sobre el coronavirus realizada por el equipo del Dr. Ralph Baric en la Universidad de Carolina del Norte”, así como un Carta conjunta del Global Times firmada por cibernautas que exigen una investigación sobre Fort Detrick.
Un funcionario de medio pelo chino se atreve a acusar a Estados Unidos de estar detrás de la creación del virus que surgió en China, algo que nadie en la Administración Biden soñaría siquiera con hacer algo remotamente similar respecto de China. Nada como eso da cuenta mejor de que China está tomando el relevo como superpotencia hegemónica. No me gustaría nada ser taiwanés viendo lo que veo.
La carta conjunta a la que Cong se refiere es una iniciativa de uno de los periódicos dirigidos por el Partido Comunista Chino (Global Times) que solicitaba por carta a la OMS que investigara en Fort Detrick el origen del virus chino. Cinco millones de súbditos chinos firmaban la carta (pocos palmeros me parecen). Los dos informes a los que el burócrata comunista hace referencia son dos productos del aparato de agit pro del gobierno dictatorial al que pertenece, pero que tienen también un cierto enganche con la realidad como vamos a explicar a continuación.
Cong menciona a Ralph Baric y no lo hace a humo de pajas. El régimen chino sabe bien cuál ha sido el papel de relevantes autoridades sanitarias estadounidenses en toda esta trama criminal. Ralph Baric, de quien hemos hablado en estas páginas, ha colaborado estrechamente con el Instituto de Virología de Wuhan y tiene publicaciones científicas donde es coautor junto a Shi Zhengli, la directora del mismísimo Instituto Virológico de Wuhan

Ralph Baric ha tomado parte –tal vez de manera no demasiado consciente– en la génesis de este virus chino, teniendo en cuenta tanto su amistad con el repugnante Peter Daszak como su cooperación con Shi Zhengli a quien formó en su técnica de ingeniería inversa . Daszak fue quien actuó como broker o intermediario entre la sanidad norteamericana y el laboratorio de Wuhan para que los fondos del Instituto Nacional de Salud estadounidense (NIH) llegaran a China cuando los experimentos de Ganancia de Función fueron suspendidos por la Administración Obama (entre 2014 y 2017)
¿Y quién permitió que estos fondos del bolsillo de los contribuyentes estadounidenses llegaran a China para seguir haciendo algo que se prohibió, por peligroso, en EE.UU.? Ningún otro que el doctor Anthony Fauci que lleva 38 años al frente del NIAID (National Institute of Allergy and Infectious Diseases) que fue quien logró que se saltarán los protocolos P3CO (Potential Pandemic Pathogen Care and Oversight o supervisión de Patógenos Pandémicos Potenciales) para hacer llegar a China fondos a través de Peter Daszak. Irónicamente Fauci es la cara visible y el responsable sanitario máximo en la lucha contra una enfermedad causada por el mismo virus chino que todo apunta que él ayudo –como poco financieramente– a diseñar.
Los EE.UU. dieron a un laboratorio controlado por el Partido Comunista Chino la tecnología y la financiación para que china pudiera diseñar un virus y que este se les escapara o lo sacaran a pasear, porque esas son las dos únicas hipótesis creíbles ¿Cómo era eso de ser “algo” y poner la cama?
Como publiqué en mi artículo del pasado 12 de mayo ¿Cómplices de bioterrorismo? Fauci, Zhengli, Daszak y Wei, o como tapar el Virus Chino
En otras palabras, el NIAID, dirigido por Anthony Fauci, permitió que varias subvenciones de alrededor de 600.000 dólares cada una pasaran por alto la revisión del P3CO al no marcar como comprometido el proyecto. La organización que Fauci dirige desde hace 38 años coló subvenciiones (aquí está la partida, NIAID R01AI110964) para realizar en China con dinero estadounidense los experimentos que el Gobierno de EE.UU. había prohibido en su propio país. Un solete el amigo Tony, ¿o no?
¿A quien se le entregó la subvención para llevar a cabo estos experimentos mortalmente peligrosos? Pues aquí entra en escena el zoólogo británico asentado en EE.UU. Peter Daszak, que dirige una ONG llamada EcoHealth Alliance y con excelentes contactos por todo el mundo, y muy especialmente en China.
Fauci, Baric, Daszak, Zhengli, el NIH, el NIAID y el Instituto de Virología de Wuhan están relacionados de formas más que sutiles y en Freenoticias hemos ofrecido decenas de páginas explicándolo. Aquí dejo enlaces a algunos de los artículos publicados para quien quiera ahondar en el asunto:
Anthony Fauci se mancha de sangre las manos tratando de encubrir su responsabilidad criminal en el origen del Covid
Virus Chino: Peter Daszak reconoció que China manipulaba genéticamente virus
Covid 19: es una puta guerra y sabemos quiénes son los culpables (II). Anthony Fauci y el síndrome de Munchausen
¿Cómplices de bioterrorismo? Fauci, Zhengli, Daszak y Wei, o como tapar el Virus Chino
Peter Daszak mintió (otra vez). Sí Había murciélagos en el laboratorio de Wuhan
Covid 19: es una puta guerra y sabemos quiénes son los culpables (II). Anthony Fauci y el síndrome de Munchausen
A Ralph Baric en 2014 le prohibieron continuar realizando experimentos de Ganancia de Función con coronavirus, es decir aquello que más le gustaba y mejor se le da, y eso Baric no se lo tomó nada bien.
El virólogo estadounidense Ralph Baric conoció a Shi Zhengli en 2013 en una reunión. Baric era un gran experto en coronavirus, con cientos de artículos en su haber, y Shi era conocida en la comunidad científica china como la mujer murciélago (batwoman). Shi junto con su equipo en el Instituto de Virología de Wuhan tenía la mayor colección de virus de murciélago jamás vista. En una muestra de guano de murciélago, Shi había detectado el genoma de un nuevo virus, llamado SHC014, que era uno de los dos parientes más cercanos al virus del SARS original, pero su equipo no había podido cultivarlo en el laboratorio.
Baric había desarrollado una forma de solucionar ese problema: una técnica de “genética inversa” con coronavirus. Esta técnica no solo le permitía dar vida a un virus real a partir de su código genético, sino que también podía mezclar y combinar partes de varios virus. Baric trabajaba en tomar el gen “pico” de SHC014 y trasladarlo a una copia genética del virus del SARS que ya tenía en su laboratorio. La molécula de pico o espiga es lo que permite que un coronavirus abra una célula y entre en ella. La quimera resultante demostraría si el pico de SHC014 se adheriría a las células humanas.
Baric le preguntó a Shi si podía tener los datos genéticos de SHC014. El propio Baric reconoce que “Ella tuvo la amabilidad de enviarnos esas secuencias casi de inmediato”. Su equipo introdujo el virus modificado con ese código en ratones y en una placa de Petri de células de las vías respiratorias humanas. Efectivamente, la quimera exhibió una “replicación robusta” en las células humanas, evidencia de que la naturaleza estaba llena de coronavirus listos para saltar directamente a las personas ¿Interesante o no?
Mientras el estudio de Baric estaba en progreso, el Instituto Nacional de Salud (NIH) estadounidense anunció que debía detenerse temporalmente la financiación para la investigación de “ganancia de función” (experimentos que hacen que los virus ya peligrosos sean más virulentos o transmisibles) sobre virus del tipo SARS, MERS e influenza hasta que se pudiera evaluar la seguridad de dicha investigación. El anuncio paralizó el trabajo de Baric.
Sin nada que se acerque a los recursos de los que disponen estas agencias de espionaje, cualquier persona bien informada y con capacidad racional (lo segundo es cada día algo más escaso) tiene claro que la posibilidad de que el virus chino sea de origen natural es la misma que tiene una mujer de ser presidenta de Afganistán, entre muy poca y ninguna.