El mayor o menor sentimiento de ofensa que un lector pueda experimentar leyendo Homo Correctensis dará la medida para establecer hasta qué punto está infectado con el virus del correctismo político. Este libro es una vacuna que inocula defensas y por tanto cuanto mayor sea la infección mayor será la reacción a la vacuna.
Imagínate que estás en una piscina esperando para competir en una carrera de natación y ves llegar al resto de participantes calzando botas de tacos, con espinilleras y vestidos para jugar al fútbol. Les dices que en las piscinas lo suyo es nadar y te contestan que ese espacio lleno de agua, desde donde les miras mojado y alucinado, es un campo de fútbol. Te llaman facha y se ríen de ti mientras se meten en el agua para sacar desde el centro del “terreno de juego”. De eso va discutir con un homo correctensis; va de realidades inventadas y necesarias para sostener dogmas absurdos. Puedes ir al vestuario a ponerte la equipación del F.C. Correctensis y empezar a jugar al fútbol en la piscina o decirles a las claras que son un hatajo de imbéciles que viven en una realidad ficticia. Si te decantas por la segunda opción, leer Homo Correctensis te ayudará a pasarte por el forro los calificativos con los que premiarán tu actitud antisocial. Si tu opción es unirte a la mayoría, jugar al fútbol en una piscina olímpica y pedirles que te den de eso que fuman tal vez aún seas recuperable si te administras la vacuna literaria que te ofrece Freenoticias.
Homo Correctensis versión Kindle
Homo Correctensis versión papel
Como advierto al principio de mi libro estoy seguro de que mucha gente se sentirá ofendida al leerlo. Mi intención no es ofender, pero tampoco evitar hacerlo. El derecho a ofenderse no gobierna el derecho a decir cosas que puedan ofender.
“No quiero ni espero ofender a nadie con lo que en este libro iré contando, pero estoy completamente seguro de que así será, y que muchos van a sentirse ofendidos porque está en la esencia misma del homo correctensis el escandalizarse cuando se le pone frente a un espejo que le muestre la estupidez ontológica de lo que él considera dogma. Sí espero, y quiero, que este libro ayude a alguien que tenga aún la infección del correctismo patológico poco desarrollada y que esta lectura le sirva de revulsivo para sacudirse el virus antes de mutar completamente y estar perdido para siempre”
El mayor o menor sentimiento de ofensa que un lector pueda experimentar leyendo Homo Correctensis dará la medida para establecer hasta qué punto está infectado con el virus del correctismo político. Este libro es una vacuna que inocula defensas y por tanto cuanto mayor sea la infección mayor será la reacción a la vacuna.
Leyendo este libro descubrirás cosas asombrosas como que el islam moderado suena muy bonito pero no existe, que no tiene que gustarte la homosexualidad obligatoriamente, que la Civilización Occidental es la mejor que hay hasta la fecha o que inventos como el feminismo racializado solo persiguen buscar nuevas formas para colocar medallas pensionadas a los que viven del negocio de la discriminación inventada.
Homo Correctensis versión Kindle
Homo Correctensis versión papel
A este libro le van a seguir más, uno sobre el culto de la calentología ya se está gestando, y es que un servidor tiene una necesidad extraña de contar cosas no solo en este medio de corte punk-libertario en el que además, facha de mí, ofrezco más datos contrastados que muchos otros medios. Como verás en este medio no hay publicidad y la única forma de financiar los 150 euros anuales de nuestro presupuesto es vendiendo libros.
“El multiculturalismo es bueno. No. Todas las religiones son iguales. No. Todas las civilizaciones son iguales. No. Todas las ideas son respetables. No. El islam es una religión de paz. No. El feminismo es bueno. No siempre. La emigración es necesaria. No siempre y no toda. La ideología de género es buena. No”.
Extracto de Homo Correctensis
Así que espero que te compres tu ejemplar y me ayudes a convertirme en un asqueroso millonario, y también espero que recomiendes el libro entre tus amigos y familiares.
Me permito sugerirte que recomiendes este libro como forma de vengarte de alguien a quien no tragas. Si tienes un cuñado, progre o no, a quien no aguantas, puedes castigarle con un ejemplar de Homo Correctensis. A tu jefa por ejemplo, que va de enterada por el mundo, le va a fascinar tener un ejemplar del libro que castiga las mentes perezosas.
“El feminismo, insisto, trata a las mujeres como si estas fueran niñas y además idiotas, — lo cual es un punto en común con el enfoque islámico –“
Extracto del libro Homo Correctensis