Las empresas que quieran significarse como más comprometidas con todo el discurso tóxico de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y mostrar al mundo lo virtuosas, verdes, cursis e hipócritas que son, van a ponerse un sello: B Corp.
Así define BCorp en su web a las empresas que ellos certifican (a cambio de dinero) con su sello:
“Las B Corps son un modelo de empresas que cumplen con los más altos estándares de desempeño social y ambiental, transparencia pública y responsabilidad empresarial para equilibrar el beneficio con el propósito. Las B Corps están acelerando un cambio cultural global que busca redefinir el éxito empresarial y construir una economía más inclusiva y sostenible”.
Inclusiva y sostenible ¿Te suena a algo?

También dicen que “B Lab es una organización sin ánimo de lucro que sirve a una comunidad global de personas que utilizan el poder de los negocios para generar un impacto positivo en la sociedad y el planeta”
¿Sin ánimo de lucro? Puaj, lucro, qué asco… Supongo que Pablo Sánchez, su director general en España, no cobra nada por su trabajo “desinteresado” y que los más de 10 empleados que tienen en España (según se puede ver en LinkedIn) son voluntarios que entregan su tiempo por la causa…gente con propósito como los de Nespresso. Sé bien que supongo mal porque todos cobran sus sueldos cada mes.
Los que trabajan en esta ONG no son voluntarios de Cáritas que van a ayudar en los comedores sociales gratis et amore, sino progres iluminados disfrazados de justicieros sociales con todo el ánimo de lucrarse vendiendo la nueva versión de las bulas de indulgencia papales.
Una bula de indulgencias era un documento papal que concedía algún tipo de perdón para esta vida o tras la muerte a cambio de un pago. La finalidad de la emisión y venta de estos documentos era recaudar fondos para la lucha contra el islam, construir catedrales, rescate de prisioneros o la ayuda a hospitales o cofradías. El precio de estas bulas dependía de la clase social de quien las adquiría.
La comparación es bastante acertada porque BCorp, que se erige como agente comercial de la nueva religión woke, vende la salvación de las conciencias empresariales al igual que los Papas vendían la salvación de las almas. Y el propósito es benéfico en ambos casos porque la causa por la que reman estos oene-ojetes es salvar al planeta y a la Humanidad y los papas buscaban derrotar al islam, redimir cautivos, erigir catedrales y sanar enfermos.
A pesar de las similitudes hay matices que me hacen ver con mayor simpatía las bulas de indulgencia papales frente al sello que VENDEN estos sostenibles aprovechados. Pagar por expulsar al islam de España –o de donde sea que haya entrado por la fuerza– o erigir una catedral, me parecen causas mucho más nobles y positivas que pagar a estos inclusivamente jetas para alcanzar los ODS de la ONU. Ver ondear el Pendón de Castilla en la Alhambra o rescatar cautivos de Argel me motiva mucho más que hacer felices a pajarracos como Klaus Schwab o a Bill Gates logrando que no poseamos nada y seamos felices y encima comiendo la carne sintética del de Microsoft. Pero yo es que soy un facha.
B Lab se alinea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible que un club con un 50% de socios dictadores –la ONU– impulsa; unos objetivos donde no se mencionan las palabras libertad o democracia por ninguna parte. Yo eso no lo compro. B Lab se alinea con la Agenda 2030 que en España dirige Enrique Santiago, el secretario general del PCE (Partido Comunista de España) quien dijo que asesinaría a la Familia Real si se dieran las circunstancias.
B Lab está en sintonía con el primer ministro de Canada, Justin Trudeau, que dijo que el COVID es una “oportunidad” para un Gran Reinicio. B Lab está en la misma onda que nuestro aspirante a dictador y chulo-piscina de La Moncloa, que luce en la solapa el rosco de los jodidos ODS, y que nos habla de freírnos a impuestos de aquí a 2050. No me gustáis B Lab, no me gusta cómo oléis porque atufáis a caraduras desde muy lejos, no me gusta vuestro ampuloso lenguaje de perdona vidas, me da urticaria esa pátina de santidad moral repleta de evanescencia inconsistente con la que barnizáis vuestro discurso. No compro vuestras bulas de indulgencia pero os felicito porque vais a tener mucho éxito captando imbéciles que os pagarán para recibir vuestra absolución. Habéis encontrado una necesidad, el perdón de los pecados, y habéis creado un producto que lo satisface; vendéis aire embotellado con un lacito y lo llamáis detergente para lavar conciencias y pican: ¡bravo!
La parte más asquerosa de la estrategia de negocio de B Lab, estos vendedores de crecepelo, se resume en una frase que enuncia para qué sirve el sello que venden:
“B Corp ayuda a la ciudadanía e inversores a identificar empresas afines a sus valores”
Con dos cojones y un palo dan por sentado que los valores de B Corp son los valores de la ciudadanía y de los inversores así en general, todos, porque si no tenemos sus valores somos malvados ¿verdad? La frase encierra una amenaza e implica un chantaje. Podemos enunciar la misma frase de la siguiente manera y enviaríamos el mismo mensaje:
Si no tienes nuestro sello es que o no tienes valores o los escondes, y no tendrás inversores ni clientes.
y más resumidamente:
Nosotros diremos a todos que sois buenos
El problema para B Corp vendrá cuando los inversores o los ciudadanos tengan en la cúspide de su esquema de valores la libertad del individuo y la democracia, porque esos ciudadanos, entre los que me incluyo, huiremos de las empresas que paguen el chantaje a oene-ojetes como B Lab; y de eso va este artículo.

Esto es lo que te cuesta ser una empresa “buena” con la bula… digo el sello de B Corp:
Ventas anuales | Cuota anual de la certificación |
---|---|
€0 – €149,999 | €500 |
€150,000 – €1,999,999 | €1,000 |
€2MM – €4,999,999 | €1,500 |
€5 MM – €9,999,999 | €2,500 |
€10 MM – €19,999,999 | €5,000 |
€20 MM – €49,999,999 | €10,000 |
€50 MM – €74,999,999 | €15,000 |
€75MM – €99,999,999 | €20,000 |
€100 MM – €249,999,999 | €25,000 |
€250 MM – €499,999,999 | €30,000 |
€500 MM – €749,999,999 | €37,500 |
€750 MM – €999,999,999 | €45,000 |
Estas son algunas de las más de 100 empresas que en España se han certificado con el sello de esta comercializadora de virtud:










De esta Robin Good debo decir que aunque es una empresa que no conozco, me basta con ver su logo alegórico de Robin Hood (un criminal despiadado idealizado, tipo Ché Guevara) y leer que venden alimentos “con alma” para empresas “sociales”, para ponerla como ejemplo de empresa woke piji-progre. Le faltó poner que se dedican al comercio “justo” y añadir que los demás venden alimentos desalmados para empresas avariciosas y su autoseñalamiento de virtuosidad hubiera merecido un cum laude en la facultad de buenismo marketiniano.
Los fines no justifica los medios, y menos aún cuando no está demostrado que esos medios sirvan para obtener esos fines. Además os contaré un secreto, hay muchos más medios para lograr esos fines y no solo los medios que sirven para volvernos más idiotas, más esclavos y más pobres.