Los terroristas callejeros siguen cumpliendo las consignas de Podemos. Ataque de extrema izquierda contra VOX en Barajas

Pablo Iglesias: “Tu me robas la mesa de mezclas yo te rompo la boca”. ¿Y si te tiran la mesa informativa como a VOX en Barajas qué recomiendas Pablo?

Y si además de tirarte la mesa informativa te amenazan con rajarte y matarte a ti y a tus hijas, como el pasado sábado en Sangenjo ¿Qué nos recomiendas “demócrata” Pablo?

Pablo Iglesias afirmó que solo se ha peleado una vez en su vida, y lo hizo siendo tres contra uno; es decir él y dos más contra un solo hombre –¿de qué se extraña cuando le llaman rata?–. La pelea, según el candidato roedor, se inició porque unos tipos de clase mucha más baja que la suya –lumpen les llama– les querían robar a unos raperos la mesa de mezclas y por lo tanto:

Cada día que pasa no cabe duda de que los que más desean conocer qué o quiénes están detrás de las cartas amenazantes a los ministros no son Pablo Iglesias ni Pedro el portero de discoteca de la Moncloa, sino los líderes de VOX.

Si los militantes y dirigentes de VOX actuaran de acuerdo con el criterio del comunista y cobarde Iglesias, que alardea de pegar a un hombre entre tres, deberían ir partiéndoles la boca a los terroristas callejeros a los que aplaude Iglesias. Pero, con muy buen criterio, no lo hacen. En cambio el roedor trata a los terroristas callejeros como si se tratara de defensores de la democracia

¿Cómo tratarían Iglesias, Angels Barceló, Mónica López, el portero de discoteca de La Moncloa y demás comisarios, a los dirigentes de VOX si estos instaran a sus bases a devolver, en defensa propia, los golpes?

Si aguantando las amenazas, de verdad, en directo y sin mover un músculo les llaman nazis –fachas y fascistas ya se les ha quedado “pequeño” a los comisarios– a los militantes y dirigentes de VOX, bastaría con que uno un día aplicara el criterio del macarra de Galapagar para que quieran fusilarlo.

Estamos viendo mucho nerviosismo en los últimos días de esta campaña por parte del matonismo institucional encabezado por Pedro Sánchez –portero de la discoteca de La Moncloa– y nos olemos dos cosas: una, que irán a más en su apuesta por movilizar a los incautos que aún compren que los fascistas no son realmente, que lo están demostrando, Pablo y Pedro; y dos, que están acojonados porque se les está cayendo el castillo de fantasías que con tanto esmero han construido.

Ya lo he dicho antes y lo repito ahora –y lo repetiré– Nadie cuya ideología se sostiene sobre una cordillera de más de 100 millones de cadáveres puede arrogarse el monopolio de la democracia.

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