Cuando el pasado 22 de noviembre publicamos nuestro artículo El Gran Reinicio hacia la gran dictadura. Ocho profecías del repugnante profesor Schwab a muchos les pareció un tanto exagerado el hecho de que entre las profecías del Foro Económico Mundial para el año 2030 figurara la de la abolición de la propiedad privada.
No era este el único augurio de los chicos y chicas del WEF encabezado por el profesor Klaus Schwab, también están predichos la invasión de Occidente por parte de 1.000 millones de “refugiados climáticos”, la extinción de los valores occidentales tal y como los conocemos, la casi extinción del consumo de carne o la prohibición de facto de los combustibles fósiles. Todo esto en un vídeo producido por el Foro de los cojones.
Entre todas estas predicciones repugnantes, el vaticinio de la extinción de la propiedad privada es el que menos queremos creernos porque afecta a nuestro entorno más próximo. ¿Cómo me van a quitar mi casa o mi coche? Pues son infinitas las posibilidades para hacerlo. Basta con que te crujan a impuestos subiéndote los ya existentes y sacándose de la manga dos o tres nuevos, o directamente que prohíban la propiedad privada de casas o coches.
Pero una mujer llamada Ida te va a contar lo feliz que vas a ser sin poseer nada…y además te quiere quitar la leche y la carne.
Ida Auken es de profesión sacerdotisa de la Iglesia de Dinamarca como su mamá (Margrete Auken) pero su vida profesional ha transcurrido en la política danesa. Fue ministra de Medioambiente entre 2011 y 2014, es miembro destacado del Foro Económico Mundial y en la actualidad es diputada por el Partido Social Liberal Danés.
Pero sobre todo, Ida es una cretina redomada de esas que van presumiendo de su ecomarxismo virtuoso mientras afea y critica todo lo que a ella, la grandísima sacerdotisa del puritanismo progre, no le agrada.

Para quien piense que exagero tildando a la cura rubita con cara de niña buena de cretina le ruego que juzgue por si mismo cuando termine de leer este artículo. Antes de despachar el plato principal de lo que dice la sacerdotisa os serviré un aperitivo para que vayáis paladeándola:
- “Creo que los productos animales están mirando hacia un futuro muy sombrío, simplemente porque en estos días y años se están desarrollando alternativas a la leche y la carne más saludables, más baratas y mucho más respetuosas con el medioambiente. Es triste para aquellos agricultores que no tienen tiempo para cambiar, pero bueno para la mayoría de las cosas: naturaleza, clima y salud pública. Mi esperanza es que la agricultura danesa se convierta en parte de este viaje hacia una agricultura más basada en las plantas y respetuosa con el medioambiente, en lugar de pensar en sí misma como vacas, cerdos y piensos. Ahora es el momento en que la agricultura danesa debe atreverse a esperar un futuro mejor ”
En definitiva que Ida manda a tomar por culo la leche y la carne porque a ella, que es vegana, no le gusta que se consuma y porque se inventa que hay cosas mucho más saludables. Si a un ganadero le gusta tener una cabaña de vacas o sus piaras de cerdos o si a ti te apetece un filete o un café con leche (leche de verdad). Que el ser humano se haya desarrollado tal y como es por ser omnívoro, que nuestra capacidad craneal sea consecuencia de nuestro consumo de carne y lácteos y que somos los carnívoros dentro del reino animal los seres más inteligentes a esta curita no le parecen siquiera dignos de mención. La salubridad de un alimento no es cuantificable de manera aislada. No hay alimentos con un 5 en salubridad o un 7 o un 3 de nota. Los niños necesitan una dieta distinta a los adultos o a los ancianos. Un trampero del Yukón o un descargador de contenedores no pueden vivir a base de zanahorias y leche de soja.
Si quieres ser vegana, o testigo de Jehová, me parece genial, como si quieres comer lombrices, pero ten el detalle de no hacerlo obligatorio al resto. Piensa que tan repugnante como te pueda parecer a ti que yo beba leche o me coma un filete lo es para mí que tu obligues a tu hijo a comer solo zanahorias y aguacates.
Además dónde se piensan los de la secta de la señora Auken que se va a plantar por ejemplo la soja (alimento pésimo para la virilidad) necesaria para sustituir la leche de vaca y para jodernos los cafés a toda la humanidad. Se planta en cultivos ganados a la selva…por ejemplo.
Ida está siendo una progre talibán de manual. Le dan penita los agricultores, tan empática la curita, pero “su” fin justifica los medios. Esos agricultores forrajeros y los ganaderos que no se arrepientan a tiempo arderán en la hoguera que purificará el mundo para dar paso a un mundo nuevo, puro, habitado por hombres ratón y mujeres coneja, sin una puta madriguera que llamar su casa, herbívoros forzosos, vigilados por su bien y felices por decreto.
Pasemos al plato principal. Aquí os traigo el artículo escrito en 2016 por esta fanática autoritaria con ganas de darnos lecciones. Es una carta escrita por ella desde el año 2030 contándonos cómo son las cosas en su ciudad:
Bienvenido al 2030. No tengo nada, no tengo privacidad y la vida nunca ha sido mejor
Bienvenidos al año 2030. Bienvenidos a mi ciudad, o debería decir, “nuestra ciudad”. No tengo nada. No tengo coche. No soy dueño de una casa. No tengo electrodomésticos ni ropa.
Puede que te parezca extraño, pero tiene mucho sentido para nosotros en esta ciudad. Todo lo que consideraba un producto, ahora se ha convertido en un servicio. Tenemos acceso a transporte, alojamiento, comida y todo lo que necesitamos en nuestra vida diaria. Una a una, todas estas cosas se volvieron gratuitas, por lo que terminó sin tener sentido para nosotros poseer mucho.
Para empezar la comunicación se volvió digitalizada y gratuita para todos. Luego, cuando la energía limpia se volvió gratuita, las cosas comenzaron a moverse rápidamente. El transporte bajó drásticamente de precio. Ya no tenía sentido para nosotros tener automóviles, porque podíamos llamar a un vehículo sin conductor o un automóvil volador para viajes más largos en cuestión de minutos. Empezamos a transportarnos de una forma mucho más organizada y coordinada cuando el transporte público se volvió más fácil, rápido y cómodo que el coche. Ahora apenas puedo creer que aceptamos la congestión y los atascos, sin mencionar la contaminación del aire de los motores de combustión. ¿Qué estábamos pensando?
A veces uso mi bicicleta cuando voy a ver a algunos de mis amigos. Disfruto del ejercicio y el paseo. De alguna manera consigue que el alma acompañe en el viaje. Es curioso cómo algunas cosas parecen no perder nunca su emoción: caminar, andar en bicicleta, cocinar, dibujar y cultivar plantas. Tiene mucho sentido y nos recuerda cómo nuestra cultura surgió de una estrecha relación con la naturaleza.
“Los problemas ambientales parecen lejanos”
En nuestra ciudad no pagamos alquiler, porque otra persona está usando nuestro espacio libre siempre que no lo necesitamos. Mi sala de estar se usa para reuniones de negocios cuando no estoy allí.
De vez en cuando, elejo cocinar para mí. Es fácil: el equipo de cocina necesario se entrega en mi puerta en minutos. Desde que el transporte se volvió gratuito, dejamos de tener todas esas cosas metidas en nuestra casa. ¿Por qué tener una máquina para hacer pasta y una cocina para crepes en nuestros armarios? Podemos pedirlos cuando los necesitemos.
Esto también facilitó el avance de la economía circular. Cuando los productos se convierten en servicios, a nadie le interesan las cosas con una vida útil corta. Todo está diseñado para durar, reparar y reciclar. Los materiales fluyen más rápidamente en nuestra economía y pueden transformarse en nuevos productos con bastante facilidad. Los problemas ambientales parecen lejanos, ya que solo utilizamos energía limpia y métodos de producción limpios. El aire está limpio, el agua está limpia y nadie se atrevería a tocar las áreas protegidas de la naturaleza porque constituyen un gran valor para nuestro bienestar. En las ciudades tenemos muchos espacios verdes, plantas y árboles por todas partes. Todavía no entiendo por qué en el pasado llenamos todos los espacios libres de la ciudad con concreto.
La muerte de las compras
¿Compras? Realmente no puedo recordar qué es eso. Para la mayoría de nosotros, se ha convertido en elegir cosas para usar. A veces encuentro esto divertido, y otras veces solo quiero que el algoritmo lo haga por mí. Conoce mi gusto mejor que yo ahora.
Cuando la inteligencia artificial y los robots se hicieron cargo de gran parte de nuestro trabajo, de repente tuvimos tiempo para comer bien, dormir bien y pasar tiempo con otras personas. El concepto de hora punta ya no tiene sentido, ya que el trabajo que hacemos se puede realizar en cualquier momento. Realmente no sé si lo llamaría trabajo. Es más como tiempo de pensamiento, tiempo de creación y tiempo de desarrollo.
Durante un tiempo, todo se convirtió en entretenimiento y la gente no quiso preocuparse por temas difíciles. Fue solo en el último minuto que descubrimos cómo usar todas estas nuevas tecnologías para mejores propósitos que simplemente matar el tiempo.
“Viven diferentes tipos de vida fuera de la ciudad”
Mi mayor preocupación son todas las personas que no viven en nuestra ciudad. Los que perdimos en el camino. Aquellos que decidieron que era demasiado toda esta tecnología. Aquellos que se sintieron obsoletos e inútiles cuando los robots y la IA se hicieron cargo de gran parte de nuestros trabajos. Los que se enojaron con el sistema político y se volvieron contra él. Viven diferentes tipos de vida fuera de la ciudad. Algunos han formado pequeñas comunidades de autoabastecimiento. Otros simplemente se quedaron en las casas vacías y abandonadas en pequeños pueblos del siglo XIX.
De vez en cuando me molesta el hecho de que no tengo verdadera privacidad. Ningún sitio a donde pueda ir sin estar registrado. Sé que, en algún lugar, está grabado todo lo que hago, pienso y sueño. Solo espero que nadie lo use en mi contra.
Considerándolo todo, es una buena vida. Mucho mejor que el camino que íbamos, donde quedó tan claro que no podíamos seguir con el mismo modelo de crecimiento. Tuvimos todas estas cosas terribles sucediendo: enfermedades por el estilo de vida, cambio climático, crisis de refugiados, degradación ambiental, ciudades completamente congestionadas, contaminación del agua, contaminación del aire, malestar social y desempleo. Perdimos a demasiadas personas antes de darnos cuenta de que podíamos hacer las cosas de manera diferente.
Nota de la autora: Algunas personas han leído este blog como mi utopía o sueño del futuro. No lo es. Es un escenario que muestra hacia dónde podríamos dirigirnos, para bien o para mal. Escribí este artículo para iniciar una discusión sobre algunos de los pros y los contras del desarrollo tecnológico actual. Cuando nos enfrentamos al futuro, no basta con trabajar con informes. Deberíamos iniciar las discusiones de muchas formas nuevas. Esta es la intención con esta pieza.
Fuentes: Forbes y World Economic Forum
Ese idílico mundo que dibuja Auken en su artículo de 2016 es prácticamente el mismo mundo que el WEF (que le paga muy bien a la sacerdotisa) nos anuncia, y en ambos casos para 2030.
¿A alguien le suena eso de la Agenda 2030? ¿Quién se ocupa de eso en España? Se ocupa Iván Redondo y hace como que se ocupa Pablo Iglesias.
Hasta la pedorra danesa admite que en su paraíso en la tierra la privacidad no existe, y que le da lo mismo porque todo lo demás lo compensa. Tan solo espera la coneja resabiada que no lo usen en su contra; todos seremos muy buenos y nadie lo usará en tu contra. Verás qué risa. Cultivaremos huertos porque “nos recuerda cómo nuestra cultura surgió de una estrecha relación con la naturaleza” pero no tendremos ovejas, cerdos o vacas porque eso no debe ser parte de nuestra cultura para esta cansina, de la caza ni hablamos. Ida nos escribe desde una aldea de ovejas, veganas obviamente, donde para freír un huevo… perdón para hacer unas verduras a la plancha, te tiene que traer la sartén un dron de Amazon impulsado por paneles solares. No me apunto.
En el artículo también están los moradores de las sombras que habitan fuera de las murallas del Camelot progre y verdísimo por el que discurren ríos de leche (de soja) y miel (sintética). A estos piojosos cimarrones a “los que perdimos por el camino”, “los que se enojaron con el sistema político y se volvieron contra él“, Ida los sitúa fuera de la ciudad y su existencia es lo que más le preocupa. Gente que come filetes y huevos fritos con beicon, que les gusta tener una moto o un robot de cocina para ellos solos, unos desgraciados sin redención posible.
¿Quién gobierna en esta arcadia sin dinero? Si todo lo producen robots, si tu ropa la elige un algoritmo, si estás siempre bajo vigilancia, no merece la pena vivir. El WEF (Foro Económico Internacional) no va tan lejos como la iluminada jutlandesa, ellos proponen que no haya propiedad y que la carne sea un lujo inalcanzable pero sí que se pagan alquileres por todo.
Si se paga un alquiler entonces alguien posee las cosas que se alquilan, y por tanto están hablando de propiedad privada limitada a ciertos individuos. Si además el dinero físico desaparece de la circulación, que es parte del plan y se te asigna un salario mínimo vital te tienen cogido por los genitales desde que naces.
La idea que subyace en la agenda 2030 es un mundo donde la gente cobra por existir, muy poco pero suficiente. Ese salario vital irá condicionado a tener un comportamiento ciudadano ejemplar según las coordenadas del pensamiento único. Al estilo del crédito social en China si te significas por tu disidencia al régimen te ponen en la lista de los malos. Si estás en la lista de los malos tus ingresos pueden reducirse, los precios se pueden encarecer para los ciudadanos no ejemplares (o un premio para los buenos convertido en castigo por exclusión) o se te puede limitar el acceso a determinados productos o servicios.
La idea que manejan va más lejos. Dentro de tu salario ciudadano tendrás un cupo para cada tipo de servicio. Supón que cobras 1.000, y el Gran Hermano considera que por tu “situación” personal de esos mil de ingresos 200 deben ir a suministros, 300 a alimentos (150 para verduras, 80 para cereales y legumbres, 50 para bebidas “sanas” y 20 de libre disposición), 200 para educación de tus hijos (si tienes más de uno te penalizarán), 150 para transporte y 50 para vacaciones. Tienes algo parecido al dinero y a una madre preocupada en decirte en qué te lo gastas.
El día que escribas un post en Faceblock o en Buittre que sea capaz de sortear el algoritmo censor y que se considere nocivo para esa sociedad, obligatoriamente feliz, te darán un toque y te quitarán esos 20 que tienes para los caprichos y vicios que te consienten…magnánimamente. Y no lo dudéis que habrá progres y viejas del visillo aplaudiendo la medida diciendo que te lo tienes merecido por ofender con la foto de un solomillo que colgaste. Te dirán que no tienes derecho a ofender y que des gracias por que te dan un dinero a cambio de nada. De nada.
Ida Auken, querida, puedes irte a tomar por culo de la forma más vegana que te parezca, eres un ser despreciable y repugnante como todos los dictadores; en Freenoticias olemos a los déspotas desde lejos. Tú, Ida, eres una déspota y mereces ser despreciada; también nos das pena pero sobre todo asco.
Haciendo amigos como veis.
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