Varios indicios apuntan a que Trump está tratando el fraude electoral como un asunto de Defensa Nacional. De ser así, la tormenta que probablemente se desencadenará en las próximas tres semanas cogerá a muchos con el pie cambiado.
Mientras el foco mediático ha permanecido centrado en las demandas ante los distintos tribunales, en especial ante la Corte Suprema, otra vía ha permanecido en la sombra. El Tribunal Supremo no es, ni de lejos, la única vía cuando se trata de asuntos de seguridad nacional; y un fraude electoral orquestado por potencias extranjeras (fundamentalmente China) con la presunta colaboración de actores internos (Partido Demócrata, Big Tech) es un asunto de seguridad nacional se mire por donde se mire.
Los últimos movimientos de la inteligencia militar apuntan a que es muy probable que en el Pentágono ya consideran que Joe Biden está comprometido con este golpe de estado en colaboración con potencias extranjeras (Biden, su hijo y su hermano están bien pringados en negocios con jerarcas comunistas chinos).
Por un lado la administración Trump ha cancelado las sesiones informativas durante dos semanas con el pretexto del “receso vacacional navideño”, pero hay que tener en cuenta que no todas esas dos semanas tienen la consideración de feriado a nivel federal. Este “silencio” en la Casa Blanca es interpretado por muchos como un silencio vigilante a la espera de empezar a asestar golpes del tamaño de hogazas de pan.
Por otra parte en el Pentágono se han reforzado los nombramientos de altos cargos afectos a Trump desde que el 9 de noviembre Christopher Miller fuese designado nuevo secretario de Defensa. Cabe recordar que desde que asumió el cargo, Miller un experto en operaciones especiales e insurgencia, eliminó la cadena intermedia entre los mandos de Operaciones Especiales y su persona haciéndose cargo directamente de hacer llegar las órdenes a estas unidades.
La Junta de Política de Defensa (Defense Policy Board) que asesora al Pentágono ha visto en esta semana salir a personajes oscuros, marcadamente anti- Trump como Henry Kissinger o Madeleine Albright y entrar a Newt Gingrich, Edward Luttwak (autor de un interesante libro titulado Golpe de Estado: un manual práctico) o el ex-piloto Scott O’Grady (que ha dicho publicamente que las elecciones fueron un intento de golpe de estado), entre otros.
Michael Pillsbury, un experto en China al que se le atribuye el diseño de la política de Trump hacia esta dictadura asiática es el nuevo director de esta junta asesora del Pentágono.
Además desde hace ya varios días el estamento militar ha recibido la orden de dejar de apoyar las actividades contraterroristas de la CIA a instancias de Ezra Cohen-Watnick (el número dos del secretario Miller) como recoge la publicación especializada en temas de defensa “Defense One” lo que abunda en la profunda brecha entre esta agencia y el Pentágono y da mayor credibilidad al asunto de la operación militar contra la CIA llevada a cabo en Frankfurt por undides del ejército en colaboración con funcionarios del Servcio Secreto o los US Marshals.
El 27 de noviembre nos hacíamos eco de esta supuesta intervención militar en nuestro artículo La trampa del gato Donald. Todos caen juntos
“El 16 de noviembre fuerzas especiales del USEUCOM (Comando Estadounidense en Europa) acompañadas por funcionarios de agencias como los US Marshalls o la DEA entraron en instalaciones de la CIA en Frankfurt para confiscar una serie de servidores. Según Louie Gohmert, congresista republicano por el estado de Texas (ver vídeo) lo que a él le llegó de ex miembros de la comunidad de inteligencia es que el asalto se llevó a cabo en unas presuntas instalaciones de la la empresa española Sctyl en Frankfurt; sin embargo las últimas noticias apuntan a que los servidores pertenecen a la CIA y que esta operación fue dirigida por el nuevo secretario de Defensa relacionado con una operación llevada a cabo por el nuevo Secretario de Defensa Christopher Miller.”
En paralelo se van filtrando poco a poco nuevos correos del portátil de Hunter Biden que van cerrando la soga alrededor del cuello de su padre Joe. En el penúltimo de dichos correos que se van filtrando Hunter Biden apremia a Ye Ye Jianming, uno de sus socio en china para que le haga una transferencia de 10 millones mientras le envía “los mejores deseos de toda la familia Biden”:
“Estimado presidente Ye: espero que mi carta lo encuentre bien. Lamento no haber coincidido contigo en tu última visita a los Estados Unidos. Acepta los mejores deseos de toda la familia Biden y de mis socios ”
“Como sabes desde nuestra última reunión, hemos concluido el establecimiento de SinoHawk Holdings y espero presentarles al Sr. Tony Bobulinski. Es un amigo muy cercano de James Gilliar y la familia Biden y se unió a nuestro equipo para enfocarse en la ejecución de los asuntos como socio”
“Actuará como director ejecutivo de SinoHawk Holdings. Ha invertido capital en todo el mundo para algunas de las familias más ricas del mundo “
“Envíame una transferencia de 10 millones. Te agradecería que lo envíes rápidamente para que podamos financiar y operar adecuadamente con Sinohawk. Espero que estés satisfecho con las presentaciones realizadas en Omán y el progreso realizado”
Ye Jianming, presidente y fundador de CEFC China Energy (China Energy Fund Committee) fue arrestado por el PCCh (Partido Comunista Chino) en 2019 y no se sabe más de él salvo rumores de que murió de un ataque al corazón estando en la cárcel como adelantamos en nuestro artículo del 31 de octubre
“Joe Biden no es el candidato. El candidato demócrata es el Partido Comunista Chino”
La familia Biden también es sospechosa de haber facilitado que Aviation Industry Corporation of China (AVIC) adquiriera Henniges, una empresa fabricante de tecnologías antivibratorias con aplicaciones militares con sede en Michigan. La operación valorada en 600 millones de dólares pudo sortear el filtro del CFIUS (Committee on Foreign Investment in the United States), el comité que se ocupa de supervisar las inversiones extranjeras en empresas y activos estadounidenses para prevenir que tecnología delicada llegue a manos de potencias enemigas. El Clan Biden también obtuvo de China (con el visto bueno del Bank of China) un fondo de inversiones por 1.500 millones de dólares
En el Pentágono van atando los cabos de todo este entramado donde no son temas menores la probable adquisición de la empresa Dominion Voting Systems por parte de China como publicamos el 17 de diciembre
“La trama UBS-China. Se acumulan las pruebas. China detrás del fraude en EEUU“
El presidente Trump se reunió con su secretario de Defensa en funciones, Chris Miller, ayer viernes por la tarde, el mismo día en que estaba previsto que recibiera un informe sobre la posible interferencia electoral de un gobierno extranjero tal y como se describe en la Orden Ejecutiva 13848.
Dicho esto, es plausible que el presidente ya haya recibido partes procesables del informe que la CIA y el FBI han tratado de aguar. Es muy posible que algunas partes del informe que la comunidad de inteligencia ya hayan llegado a la “mesa de resoluciones”.
Y si bien la orden ejecutiva se centra en las sanciones contra actores extranjeros, también podría emplearse como trampolín para otras acciones directas.
Todo parece armado para desatar un contragolpe brutal en el que la ley marcial no estaría excluida y en donde tribunales militares juzguen a centenares de actores implicados en el golpe de estado que el Departamento de Defensa está investigando a fondo. La otra alternativa es permitir que un presidente llegado a lomos de un golpe de estado se hiciera cargo de los destinos de la mayor potencia mundial. Este último escenario podría abocar a una guerra civil, Trump lo sabe, y sabe también que es preferible aplicar la ley marcial a un baño de sangre.
Meses antes, el presidente Trump advirtió que el voto por correo abocaba a un fraude electoral masivo. Es inverosímil creer que Trump no contaba con que le robaran las elecciones. Además Trump cuenta con la fidelidad de los mandos de rangos intermedios y medio altos del estamento militar quienes estuvieron detrás según distintas fuentes de su decisión de presentarse como candidato en 2016. Trump es un presidente que no ha iniciado nuevos conflictos y que desde hace años se opuso a la invasión de Irak o a las nefastas políticas de halcones sanguinarios de las administraciones de Bush y Obama (como la bruja Hillary Clinton) en Libia o Siria.
El presidente Trump se reunió con su Director de Inteligencia Nacional, John Ratcliffe, en el reciente partido de fútbol americano, el 12 de diciembre, que enfrentó al Ejército con la Marina y donde Trump fue aclamado de manera abrumadora. Ratcliffe tuvo la tarea de supervisar el informe de la comunidad de inteligencia. Es posible que a Trump se le hayan entregado partes del informe en mano durante esa jornada.
También se ha especulado con que los recientes ataques de piratería sufridos por distintos departamentos federales eran intentos de obtener el informe, aunque esto punto no está confirmado.
Hay muchos indicios, desde el silencio de la Casa Blanca hasta el divorcio entre el ejército y la CIA, pasando por los nombramientos y despidos en el Pentágono y el Departamento de Defensa, que llaman la atención puesto que no casan con la actuación de un presidente a punto de dejar su puesto sino con uno a punto de desatar una tormenta brutal que devaste no solo a políticos sino a figuras como Mark Zuckerberg (el donante de 400 millones para comprar máquinas de votación y pagar trabajadores electorales) o Jack Dorsey (el censor mayor del “reino”) entre otros muchos.
Lógicamente quien se prepara para atacar en una guerra, y es en lo que estamos, no lo anuncia y trata de no alertar sobre sus intenciones, pero es inevitable hacer lo que creo que Trump se dispone a hacer sin dejar rastro alguno y por eso aquí os lo contamos.
Mientras tanto en España debemos ir preparándonos para la #Insurrección cívica. Pronto hablaré de eso; una insurrección es necesaria, una insurrección tan pacífica como dura y determinada.
Os dejo una canción para ir poniéndoos en modo tormenta, Thunderstruck de AC/DC, que lo disfrutéis: