Tener como presidente de tu mayor adversario geoestratégico a un político con las facultades mentales mermadas, de quien posees información comprometedora para chantajearle y que está en manos de un partido demócrata que se escora hacia el marxismo, es el sueño del Partido Comunista Chino. El sueño de Xi Jinping y de todo el PCCh puede hacerse realidad; su sueño tiene nombre: Joseph Robinette Biden, alias Joe Biden
En estas elecciones en EEUU el candidato demócrata no es Joe Biden sino el Partido Comunista Chino.
El alzheimer o la demencia senil, que con toda probabilidad padece Joe Biden, no es lo peor de lo que queda de quien sentó su culo en el Senado allá por 1973, siendo Richard Nixon presidente. Biden no se despegó de su silla senatorial hasta 2009, para acompañar a Obama, el Premio Nobel de la Paz que más guerras ha iniciado, como vicepresidente.
Treinta y seis años estuvo Joe en Washington impregnándose hasta el tuétano de toda la inmundicia del pantano de los lobbies y los grupos de intereses. Ningún logro relevante, nada extraordinario, pero tiempo de sobra para hacer amigos de cara a aspirar a la presidencia en 1988 y 2008.
En su primer intento, en 1987, fueron sus mentiras y sus plagios los que le llevaron a apartarse de la carrera al Despacho Oval. Plagió un discurso del líder laborista británico Neil Kinnock, mintió en varias ocasiones sobre sus titulaciones y su expediente académico y mintió al decir que participó en las marchas por los derechos civiles, cosa que era falsa. En 2008 Obama le pasó por encima en las primarias para luego repescarle como vicepresidente.
El Joe Biden de 2020 es la sombra de aquel reptante Biden de 1988. Hoy, a sus evidentes y agudos problemas cognitivos, en fase de empeoramiento, se le suma la abundante mierda acumulada en su mochila durante tres décadas viviendo en y del pantano. El único hilo conductor entre el Joe de hace 32 años y esta marioneta teledirigida es su ambición, que es lo único que no parece olvidar.
Joe Biden es una cáscara vacía, un monigote hueco que olvida en qué día vive, cómo se llamaba Obama, quién es su mujer o en qué ciudad o mes se encuentra. En lugar de jubilarse para cuidar de los suyos, y sobre todo para dejarse cuidar, se ha prestado a ser el hombre de paja de aquellos que le susurran y, peor aún, de aquellos que con total seguridad le chantajean. Biden es un político de esos con principios de plastilina como demuestra haber estado a favor, en contra y medio a favor del fracking, capaz de hacer alarde de sus convicciones católicas y luego apoyar los abortos, financiados con fondos federales, hasta el noveno mes de gestación.

“La buena noticia es que puedo hacer todo lo que hacía antes. La mala noticia es que no puedo hacer nada mejor (que antes)” (The good news is that I can do anything I did before. The bad news is that I can’t do anything better.)
Joe Biden tras sus operaciones por aneurisma cerebral en 1988
Siendo vicepresidente supo hacer caja con el apellido Biden y no tuvo reparo alguno en utilizar a su hijo Hunter, drogadicto y putero, para hacer negocios muy lucrativos con oligarcas rusas, empresas corruptas ucranianas o empresarios cercanos al Partido Comunista Chino.
Ha sido obvio desde hace décadas que la familia Biden se ha enriquecido vendiendo influencia en el extranjero. Como vicepresidente Joe Biden actúo con funciones de consul tanto en China como en Ucrania. Basándose en ese hecho y solo en ese hecho, el hijo (Hunter) y el hermano (James) de Biden se acercaron a gobiernos y empresas extranjeros, fondos soberanos, conglomerados de energía, oligarcas y dictadores de todo pelaje, y ofrecieron intercambiar los favores del patriarca Joe a cambio de dinero en efectivo.
El único capital que el avaricioso Clan Biden ponían sobre la mesa en todos estos negocios era el nombre de la familia y los favores que el poderoso Joe Biden podía conceder. En definitiva el Clan Biden se ha enriquecido a costa de adquirir deudas políticas con gobiernos dictatoriales, oligarcas y empresas corruptas; deudas avaladas por y a costa del pueblo norteamericano.
Su hijo Hunter, despedido de la US Navy por adicción a la cocaína, ha ido dejando un reguero de socios encarcelados o “desaparecidos” a lo largo de su carrera profesional. Su socio, Bevan Cooney, está una prisión federal por estafa, otro socio, su mejor amigo Devon Archer, está convicto y a la espera de sentencia por fraude y conspiración para cometer fraude, un socio chino de los Biden (Hunter, James y Joe), Patrick Ho Chi Ping, fue acusado de espía además de sentenciado en EEUU por delitos de soborno internacional y lavado de dinero y, finalmente deportado a Hong Kong.

Otro socio suyo también chino, Ye Jianming, fue arrestado por el PCCh (Partido Comunista Chino) en 2019 y no se sabe más de él salvo rumores de que murió de un ataque al corazón estando en la cárcel.
El tráfico de influencias del Clan Biden se ha extendido por al menos media docena de países (hay abundante documentación aún analizándose) pero los tres casos más conocidos hasta el momento tienen como escenario tres países: China, Ucrania y Rusia.
Resumiré los capítulos ucraniano y ruso del Clan Biden para después entrar de lleno en el capítulo chino que es el de mayor grado de corrupción y el que entraña una mayor amenaza.
El asunto ucraniano se resume en que una empresa ucraniana de gas, Burisma Holdings, fundada por un corrupto de manual, contrató a un cocainómano de Nueva Inglaterra para pagarle al menos 83.000 euros al mes. Daba la casualidad de que el drogadicto de Delaware era Hunter Biden, el hijo del vicepresidente Joe Biden a quien Obama le encomendó ocuparse de los asuntos de Ucrania. El tema ruso es más fácil de resumir: la que fue mujer del alcalde de Moscú (cesado del cargo por corrupción), Elena Baturina, transfirió a la empresa de Hunter Biden la bonita cantidad de 3,5 millones de euros sin ninguna justificación aparente. Todos estos capítulos están aderezados por redes de tráfico de personas, prostitutas y dinero negro. Al final de este artículo he dejado unos buenos enlaces con piezas ya publicadas por nuestro medio.
Conviene recordar que todo lo arriba descrito no son sospechas o indicios sino HECHOS PROBADOS con documentación del Departamento del Tesoro sobre la transferencia de Baturina, emails, contratos y el reconocimiento de las propias partes implicadas
Vayamos con China, pero antes haré una reflexión en voz alta:
¿Qué puede ir mal para los intereses de EEUU si pones al hijo del vicepresidente, un drogadicto putero, a hacer negocios con altos cargos del Partido Comunista Chino?
En un artículo anterior conté cómo Hunter Biden dos semanas después de acompañar a su padre en diciembre de 2013 a un viaje oficial a China consiguió que el Bank of China (controlado por el Partido Comunista Chino) le regalara un fondo de capital riesgo de 1.000 millones de dólares a la familia Biden y sus socios: Bohai Harvest RST. Menos de dos años después este fondo, BHR, en cuyo consejo estuvo Hunter 5 años, en alianza con una empresa de aviación china Aviation Industry Corporation of China (AVIC) adquirió Henniges, una empresa fabricante de tecnologías antivibratorias con aplicaciones militares con sede en Michigan. La operación valorada en 600 millones de dólares pudo sortear el filtro del CFIUS (Committee on Foreign Investment in the United States), el comité que se ocupa de supervisar las inversiones extranjeras en empresas y activos estadounidenses para prevenir que tecnología delicada llegue a manos de potencias enemigas.
Joe Biden ayudó a China a comprar tecnología delicada a cambio de dinero para su familia. Se llama traición
Casualmente AVIC, estaba en todas las listas negras por espionaje industrial de secretos militares y aún así pasó todos los filtros sin que nadie haya logrado explicarse cómo. Resumiendo: Joe Biden ayudó a China a comprar tecnología militar delicada a través de una empresa en la lista negra del Pentágono, a cambio de dinero para su familia. Se llama traición y corrupción.
Pero las cosas en China no se quedaron ahí. Joe no solo logró un fondo de inversión para su familia, y permitió que China se hiciera con una empresa con tecnología militar delicada comprometiendo la seguridad de la nación que vicepresidía, sino que también colocó a su hijo y hermano, Hunter y James, en el negocio de la energía de la mano del gigante chino CEFC China Energy (China Energy Fund Committee), empresa fundada por Ye Jianming y de la que la progresista CNN decía en 2018:
- “La empresa de Ye Jianming, CEFC China Energy, se alineó tan estrechamente con el gobierno chino que a menudo era difícil distinguir entre los dos”.
Para la CNN a día de hoy, nada de esto pasó.
Jianming, del que se ha perdido la pista desde Marzo de 2018 cuando fue detenido en China y se sospecha que está muerto, colocó a Hunter Biden como Director General de CEFC con despacho en Washington. No lo digo yo, lo dice el propio Robert Hunter Biden en un email enviado el 14 de marzo de 2018 donde se queja de que le tardan en pagar unos gastos:
- “Soy el director gerente de CEFC. Tengo total autoridad sobre a quién contratar y a quién despedir. Solo tengo empleados que trabajan para mí en DC “.
Aquí el email completo (entretenido de leer y que da una idea del talante de Hunter y de la chulería cleptócrata de la familia Biden)

CEFC pasó de ser en 2014 una de las 10 mayores empresas chinas a declararse en bancarota en 2020.

Jianming ya sabemos que está desaparecido en alguna cárcel china, y posiblemente esté muerto, pero el personaje más cercano al Clan Biden en sus azañas energéticas chinas fue el vicepresidente de esta compañía Patrick Ho que como apuntamos antes es convicto de sobornos internacionales y lavado de dinero y ha sido investigado por espionaje.
En una grabación de audio que ha sido compartida por el medio “Impulse”, se escucha a Hunter describiendo a Ho como su socio comercial y el “maldito jefe espía chino”. También se escucha a Hunter quejándose de su socio Devon Archer, quien llamó a Hunter y a su padre Joe como testigos en un caso criminal en el Distrito Sur de Nueva York, supuestamente sin advertirles.
Al respecto de este tema os traigo una copia de un email enviado por James (Jim) Biden mandando instrucciones a Mervyn Yan (de CEFC) para que haga la transferencia de fondos al despacho de abogados que iba a defender a Patrick Ho ante los tribunales de Nueva York. En el email aparece Robert Biden en copia (Robert Hunter Biden)

Ho y el ex-ministro de Relaciones Exteriores de Senegal, Cheikh Gadio, fueron arrestados en Nueva York a finales de noviembre de 2017, acusados de violar la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA) y por lavado de dinero. La pareja ofreció un soborno de 2 millones de dólares al presidente de Chad por los derechos petroleros y también depositaron un soborno de 500.000 dólares en una cuenta designada por el Ministro de Relaciones Exteriores de Uganda en nombre de CEFC. Ye Jianming, negó haber autorizado a Ho a participar en prácticas corruptas. Cuando Ho fue arrestado en Nueva York por los primeros que preguntó fue por los Biden, todos ellos.
Estos son los angelitos con los que el Clan Biden hacían “negocios”
¿Qué puede ir mal para los EEUU si pones al hijo del vicepresidente, un drogadicto putero, a hacer negocios con altos cargos del Partido Comunista Chino?
Además de ser Director Gerente de CEFC, Hunter Biden tenía en mente lanzar un proyecto de la mano de esta empresa energética que se llamaría Sino Hawk y para la que contaron como CEO con Tony Bobulinski. En un email que envía James Gilliard, a Bobulinsky en el que Hunter Biden aparece en copia donde informa que tras reunirse con los de CEFC se acuerdan las retribuciones de todos (850 mil dólares para Hunter y para el CEO, 500 mil para Gilliard etc. y más abajo detalla la distribución accionarial en la que H (Hunter) se queda con un 20%, su tío James (Jim) un 10% y finalmente Hunter se queda con un 10% para el “Big Guy”

Tony Bobulinski es un hombre de negocios con experiencia internacional y teniente veterano de la marina, cuyo nombre aparece entre el numeroso material procedente (sobre todo pero no únicamente) del disco duro del portátil de Hunter Biden. Al trascender algunos de los emails como el de más arriba, Adam Schiff, congresista demócrata y presidente del Comité de Inteligencia del Congreso acusó a Bobulinski de ser parte de una campaña orquestada por Rusia para desacreditar a Joe Biden.
Bobulinski dio 48 horas a Adam Schiff para que se retractase de tales afirmaciones y dado que no lo hizo salió a dar una rueda de prensa para afirmar que todo el material que ha aflorado en el que aparece su nombre (emails enviados por y para él sobre todo) es auténtico y que pone a disposición del FBI y de los comités del Senado y del congreso que se lo pidan toda la información.
Bobulinski ha confirmado que el “Big Guy” del email es Joe Biden, y que él se reunió en dos ocasiones con Joe Biden. Biden ha dicho en repetidas ocasiones que él no ha cobrado un céntimo de China, quizá sea así porque Sino Hawk nunca despegó ya que el socio que iba a poner la pasta, CEFC, quebró. Pero ganas está claro que nunca le han faltado ni a Joe ni a su familia que se ha hecho de oro comerciando con el cargo y los favores de Joe. La campaña de Biden solo dicen que todo es una campaña de difamación….Pero nadie de su equipo de campaña ni el propio Joe Biden ha afirmado que los documentos que han salido a la luz sean falsos.
¿Verdad que parece una noticia interesante lo que está pasando alrededor de Tony Bobulinski? Un hombre a quien acusan de ser poco menos que un espía ruso. Veamos qué tiene que contar la CNN del asunto:

Hacemos una búsqueda en la web de CNN y esperamos encontrar algo pero para la CNN Tony Bobulinski no existe.
¿Por qué no existe el señor Bobulinski para la CNN y en general para todos los medios principales en EEUU? Pues porque no puede existir ya que todos esos medios saben que todo lo que está saliendo en torno a los negocios corruptos del Clan de Joe Biden son hechos ciertos y documentados así que prefieren ocultarlos al público mientras contienen el aliento empujando al decrépito Joe hacia el martes 3 de noviembre.
No voy a entrar a dar detalles acerca de los presuntos abusos a menores o sobre las imágenes que circulan donde Hunter supuestamente tiene sexo y consume drogas con una muy conocida joven. De ser cierto lo primero es de desear que caiga el peso de la Ley sobre quien corresponda y lo segundo sinceramente me da igual.
Pero sí diré que si hay imágenes y vídeos comprometedores de Hunter en su portátil como así dicen periodistas que lo han podido ver en persona (como Chanel Rion de One America News Network) o como dice el propio Rudy Giuliani, no es descabellado suponer que también las haya en los servidores del MSS, el servicio secreto chino, y quizá no solo material de Hunter.

Si siendo vicepresidente de Estados Unidos expones a tu hijo toxicómano y putero a una lluvia de millones de dólares procedentes de empresas y personajes corruptos estás siendo un grandísimo cabronazo, porque estás exponiendo la salud de tu hijo a la vez que comprometes la seguridad de la nación que te ha elegido para un puesto de tanta responsabilidad. Un padre decente y con esas excelentes conexiones le hubiera buscado un buen trabajo en casita por 150 mil dólares al año y solo después de encerrarle el tiempo que haga fácil en un programa de rehabilitación.
El candidato Biden no existe, Biden son los padres…los del Partido Comunista chino. La cruda y triste realidad es que votar por Biden es votar por el comunismo chino. A mis amigos norteamericanos que leen Freenoticias les digo que si no les gusta Trump, antes que votar a un alguien como Biden es mejor elegir a Jo Jorguesen, del Partido Libertario, votar por el Conejo de Pascua, quedarse en casa, salir de viaje.