Aquí os traigo un extracto del recurso de apelación de la abogada Marta Flor ante la Sala Penal de la Audiencia Nacional destinado a evitar que el Tribunal Supremo impute al macho alfa de la formación comunista. En este escrito se define a la perfección la sumisión (“amistad”) al amado líder:
- “…la Sra. Bousselham ha puesto de manifiesto la amistad que, más allá de la relación laboral o política, mantiene con el Sr. Iglesias durante estos últimos años y entendió, sin pedir explicación alguna al respecto, que aquel guardase la tarjeta hasta su entrega”
¿Amistad y secuestro de la propiedad? No me cuadra; pero si sustituimos la palabra “amistad” por “sumisión” la frase tiene perfecto sentido.
Recordemos que el magistrado Manuel García-Castellón también pedía la imputación por denuncia falsa y simulación de delitos de Marta Flor, de la vicepresidenta del Congreso, Gloria Elizo, y del abogado de la podemita, Raúl Carballedo. García-Castellón solicitaba también la imputación por falso testimonio de la propia Dina y su ex, Ricardo Sà Ferreira.
A la luz de este escrito de la abogada de Iglesias y presunta seductora de fiscales, se entiende que una buena feminista podemita, como seguro que lo es Dina, debe entender que un hombre, su jefe, se quede con su tarjeta hasta cuando quiera entregarla y sin sin pedir ninguna aclaración.
La “amistad” a la que alude en su recurso la letrada debe entenderse como sumisión, porque ningún amigo se queda con algo tuyo hasta que le parezca oportuno
Erika Leonard Mitchell, más conocida como E.L. James, autora de la trilogía de Cincuenta Sombras de Grey plasmó en su contrato de sumisión entre Anastasia y Christian, los personajes principales, lo que es la “amistad” entendida por Pablo Iglesias cuando se trata de las mujeres de su harem comunista. El punto 7 de este contrato lo define muy bien:
“7. El Amo será responsable del bienestar y del entrenamiento, la orientación y la disciplina de la Sumisa. Decidirá el tipo de entrenamiento, la orientación y la disciplina, y el momento y el lugar de administrarlos, atendiendo a los términos acordados, los límites y los procedimientos de seguridad establecidos en este contrato o añadidos en la cláusula 3.“
Aún está a tiempo Marta Flor para alegar la existencia de un acuerdo de este tipo entre Pablo y sus falanges de concubinas para salvar a un Iglesias perdonavidas y chulo hasta el moño.
Ahora Dina, un periódico digital mediante, para compensar los pesares, sale al rescate del corcovado de Galapagar…super empoderada, …y sobre todo un mazo de resiliente.