Como ya contábamos el pasado 15 de julio Baltasar Garzón sería uno de los abogados contratados por Alex Saab, el conseguidor de los jerárcas de la dictadura venezolana y testaferro de Nicolás Maduro dedicado presuntamente a dirigir una red de evasión de oro y capitales de los líderes de la tiranía bolivariana.
Saab sobre quien existía una orden de captura de Interpol a petición de la DEA y la fiscalía de EEUU fue detenido el pasado 12 junio durante una parada técnica en Cabo Verde. El destino de Saab era Irán, un país cuyo régimen homicida islamista tiene un especial interés en Venezuela y en personajes de corte populista y autoritario como Pablo Iglesias o Nicolás Maduro.
La excusa del vuelo de Saab (de origen libanes, y doble nacionalidad colombiana y venezolana) era que viajaba al régimen de los ayatollahs para firmar contratos de compra de material sanitario para combatir el COVID aunque la realidad es que Iran y Venezuela colaboran muy estrechamente en varios ámbitos muy distintos a los de la sanidad.
Venezuela pese a contar con las mayores resevas de crudo del mundo posee unas infraestructuras extractivas y de refino obsoletas por culpa de una pésima gestión, una corrupción sistémica en la empresa PDVSA y un latrocinio continuado. Además el crudo venezolano es muy pesado y precisa de aditivos y de mezclarse con crudo más ligero. Irán suministra aditivos para hidrocarburos, crudo ligero, componentes para la industria petrolera y técnicos especializados recibiendo a cambio toneladas de oro y también materias primas venezolanas necesarias para impulsar el programa nuclear iraní.
Ambas naciones comparten un interés común por socavar la influencia occidental, Irán ha visto mermados sustancialmente sus ingresos por las sanciones de EEUU y tienen gran interés por apoyar regímenes como el venezolano que además presata refugio y protección a terroristas chiítas de Hezbollah (no solo cuidan de los etarras asesinos en Venezuela).
Un porcentaje del oro que sale de Venezuela hacia Irán, Turquía o esas satrapías islámico-horteras del Golfo Pérsico deja una comisión de intermeciación, en una buena lógica revolucionaria comunista los jerarcas deben y pueden robar a expuertas, para los Diosdado Cabello, Delcy Rodríguez, Nicolás Maduro y también para el muñidor Álex Saab.
Irán vende aditivos para hidrocarburos, crudo ligero, componentes para la industria petrolera y técnicos especializados recibiendo a cambio toneladas de oro y materias primas venezolanas para impulsar el programa nuclear iraní.
Álex Saab es por tanto una importantísma pieza que la fiscalía de EEUU y también Donald Trump se quieren cobrar para con sus declaraciones tirar de los hilos que puedan llevar a los jerarcas venezolanos a prisión y junto con ellos a algunos personajes españoles que se han lucrado del dinero que la dictadura bolivariana ha robado a sus ciudadanos. Tampoco es descartable que las declaraciones de Saab puedan conducir a una intervención militar de EEUU sobre Venezuela en caso de encontrarse algo como consecuendia de las mismas que pueda constituir un casus belli.
Raúl Morodo, ex embajador del zapaterismo en Caracas apadrinado por José Bono, la familia de este, Juan Carlos Monedero, Pablo Iglesias, Íñigo Errejón y el católico camandulero José Bono pueden tener con el testimonio de Saab las vergüenzas expuestas y vislumbrar un horizonte penal.
Y en mitad de todo esto el ex-juez de voz aflautada amigo de Lola Delgado la Fiscala tabernaria, Baltasar Garzón, aparece en escena para defender a Saab y evitar que el periquito cante. Parece ser que 65 millones de dólares desde una cuenta suiza fueron repartidos entre distintos abogados e intermediarios con el propósito de armar una defensa legal del barranquillero Saab.
Garzón es un multimillonario ególatra defensor de las causas de la extrema izquierda que mandaba cartas a Emilio botín pidiéndole dinero para que le financiara cursos y que fue inhabilitado por 11 años por el Tribunal Supremo por espiar ilegalmente con escuchas a los abogados de la trama Gürtel que iban a hablar con sus defendidos en prisión.
En el escrto de inhabilitación los magistrados del Supremo, que le condenaron por unanimidad, señalan que ese comportamiento vulneraba el derecho a la defensa y le colocaba al entonces juez Garzón a la altura de regímenes totalitarios.
Garzón les tomó la palabra a los jueces del Supremo y se puso a trabajar donde le corresponde por carácter y trayectoria y se dedica a defender a la peor escoria de los regímenes totalitarios. El Supremo español le mostró el camino a Baltasar, el rey mago más interesado por los camellos que se haya visto.
Como comentamos el pasado 9 de julio
“Alex Saab habría desembolsado 65 millones de dólares para hacer frente a los gastos de su defensa a través de una cuenta en Suiza. Los fondos se hicieron llegar a una firma de abogados madrileña desde la cual se cursaron pagos a numerosos abogados según informa el diario Primer Informe“
Todo apunta a que ese despacho de abogados madrileño que ha repartido esa cantidad de pasta de procedencia más que dudosa podría ser el de Baltasar Garzón, que está ubicado en la Avenida de Menéndez Pelayo de la capital de España, teniendo en cuenta que es Garzón el que se hará cargo de su defensa ante el tribunal de la Haya
Garzón está especializado en perseguir dictadores de derecha como Pinochet y en defender personajes sanguinarios de extrema izquierda.
Garzón además de compartir francachelas con Lola la Fiscala tabernaria y Villarejo el de la carpeta, y partirse la caja con ellos llamando maricón a Grande Marlaska, también facturó 1,8 millones de dólares por diseñar la defensa del ex-general venezolano Hugo “El Pollo” Carvajal, solicitado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos y por quien se ofrece recompensa desde que desapareciera de España el mismo día que iba a ser extraditado…por algo Pablo Iglesias está tan interesado en el CNI últimamente.
Raúl Morodo, ex embajador del zapaterismo en Caracas apadrinado por José Bono, la familia de este, Juan Carlos Monedero, Pablo Iglesias, Íñigo Errejón y el católico camandulero José Bono pueden tener con el testimonio de Saab las vergüenzas expuestas y vislumbrar un horizonte penal.
Porque en España extraditamos presuntos delincuentes a Venezuela como Ronaldo Figueroa mientras ellos dan cobijo a etarras sin despeinarse…parece que Delcy Rodríguez tiene a muchos cogiditos de las pelotas. A España vino desde EEUU Juan Carlos Cabrera Márquez, un ex capo del régimen venezolano, con el propósito de declarar acerca de varios asuntos entre ellos alguno que afecta al encausado Raúl Morodo, y se suicidó muy convenientemente justo después de su primera declaración ante el juez para seguro alivio de Morodo.
Hugo Carvajal, un sanguinario preboste del chavismo y ex director de los servicios secretos venezolanos huyó de España donde se supone que debería estar siendo controlado por la policía y el CNI justo cuendo iba a ser extraditado a EEUU. Baltasar Garzón andaba metido hasta las cachas en su multimillonaria defensa.
Ex-juez-voz-de-pito también ha defendido a otros angelitos del régimen venezolano como Roberto Rincón o Abraham Sierra y según informa el diario ElTiempo.com la minuta del letrado justiciero rondaba en ambos casos los 1,8 millones de dólares.
En el escrito de inhabilitación los magistrados del Supremo, que le condenaron por unanimidad, señalan que ese comportamiento vulneraba el derecho a la defensa y le colocaba al entonces juez Garzón a la altura de regímenes totalitarios. Garzón les tomó la palabra a los jueces del Supremo y se puso a trabajar donde le corresponde por carácter y trayectoria, dedicándose a defender a la peor escoria de los regímenes totalitarios. El Supremo español le mostró el camino a Baltasar, el rey mago más interesado por los camellos que se haya visto.
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Garzón está especializado, como se ve, en defender a cualquier presunto delincuente avalado por una dictadura comunista que reclame la justicia de EEUU.
Es posible que la justicia norteamericana también esté interesada en Garzón ya que es lógico pensar aquello de que el roce hace el cariño y que Garzón de tanto andar con presuntos narcotraficantes y colaboradores de la dictadura venezolana, y de tanto cobrar, y quizá también repartir, millones a sabiendas de su procedencia dudosa, acabe teniendo alguna cosita por la que acabe entrullado.
El afán por el régimen venezolano por recurrir a Garzón o de este por ofrecerse a dicho régimen es conmovedor. Un defendido suyo, Hugo Carvajal, se escapa de la justicia y de la policía españolas y evita la extradición a EEUU en 2019, es normal que Maduro quiera contar con Baltasar para que obre su magia…a cualquier precio
