Antes que homosexuales, transexuales, heterosexuales las personas somos individuos. Cuando el individuo se diluye en el colectivo se vuelve manipulable. Si defines tu identidad en función de las consignas del grupo te conviertes en un ser tribal fácilmente manejable.
Este fin de semana se “celebra” el “orgullo” LGBTI en todo el mundo. Quiero aprovechar para hacer llegar a nuestros lectores tres pensamientos:
1.- Ser homosexual, transexual o bisexual no es un logro sino una circunstancia. Sentirse orgulloso por ser cualquiera de estas cosas es tan absurdo e infantil como mostrarse orgullosos por ser altos, gordos, negros, blancos o pelirrojos.
2.- Cuando los transexuales reclaman sus derechos como colectivo deben tener en cuenta que sus derechos son los mismos que los de todos los humanos, porque son humanos, ni uno más y ni uno menos, además los colectivos no tienen derechos. Entre esos derechos no figura el derecho a que yo o cualquier otra persona tengamos que estar de acuerdo OBLIGATORIAMENTE en considerar mujer a alguien que tiene o nació con pene u hombre a alguien que tiene o nacio con vagina.
Cualquier persona tiene derecho a sentirse Spiderman y yo tengo el derecho a decirle a la cara que no creo que lo sea sin que me importe que se ofenda.
3.- Que algo no te guste no es sinónimo de sentir una fobia hacia esa cosa.
Para más información consultad este enlace: No al obligado gustamiento