El 29 -12-2009 hice un artículo que publiqué en Notarios y Registradores en el que calificaba de “Un desastre perfecto ” nuestra gestión de la gran crisis , lo acababa con este texto: “Mientras tanto, los otros barcos que estaban dirigidos por capitanes más serios y capacitados, que habían hecho un diagnóstico más adecuado de la tempestad y habían invertido su dinero y sus energías en dotar a sus barcos de dimensiones competitivas, iban saliendo de la crisis marítima, con dificultades pero sin pausa.”
Esto no pasaba con nosotros, que nos estábamos hundiendo en el núcleo de la tempestad y dejando para los estudiantes de economía una experiencia excepcional: de como una sociedad próspera, en una tormenta financiera histórica puede acabar en lo que se llamará EL DESASTRE PERFECTO.
Un desastre como consecuencia de una gestión incompetente, potenciada por la falta de independencia y responsabilidad de una gran parte de sus medios de información y de instituciones de representación social y la apatía de buena parte de su población y, porque se nos olvida el principio fundamental de la navegación económica, el de que la competitividad del sector productivo es la que determina la producción, la renta, el empleo y hasta el nivel de ingresos públicos y la seguridad de las prestaciones sociales.

Para que se produjera semejante catástrofe se necesitaba una tormenta perfecta, una dirección con una incompetencia absoluta pero, además “pocas veces encontraréis una sociedad en que tantos y a la vez, no estaban donde debían”.
En el homenaje que, con motivo de su fallecimiento, hicimos en NYR al profesor Joaquim Muns , incluimos un resumen de sus ideas . Sobre la crisis de 2008, después de calificar a los gestores públicos “Hemos tenido la mala suerte histórica de que la peor crisis en muchas décadas haya coincidido con la peor clase política en muchos años” , hacía la siguiente advertencia a los votantes :
“Es el momento de dejar de lado la manoseada retórica partidista que ya prácticamente no significan nada derechas, izquierdas, progresistas, etc., y prestar especial atención a la categoría intelectual y a la experiencia de los candidatos”.
“cuando los ciudadanos salgan de la UCI, el Estado debería pasar por el quirófano”
En nuestra sociedad se está produciendo un fenómeno lamentable y paradójico. Me refiero al continuo descenso del nivel de preparación de nuestros políticos en el preciso momento en que la gestión pública deviene más compleja y exigente.“La evolución cultural, social y económica de los últimos años a todos los niveles es vertiginosa. La crisis económica global que el mundo padece desde hace tres años, fruto de los desajustes y tensiones que produce este proceso acelerado de cambio, tiene dos consecuencias que, como electores, deberíamos tener en cuenta. Por un lado, la relativización de los programas electorales. Cada vez es más difícil que éstos puedan seguir la aceleración de la realidad. En segundo lugar y como corolario de ello, la competencia y la experiencia de los dirigentes pasan a ser la mejor garantía para afrontar con esperanza razonable de éxito las consecuencias de los problemas y crisis que nos han sacudido y que, desgraciada pero inevitablemente, seguirán azotándonos durante mucho tiempo.
El progreso de las naciones depende de muchos factores, pero creo que la experiencia de los últimos años está demostrando el creciente protagonismo de los líderes políticos bien preparados.”
En ABC , Guy Sorman publicó un artículo que define lo que tenemos que corregir “ Las democracias pierden el norte “ha demostrado esta crisis : .. la gran debilidad de las democracias habrá sido su falta de preparación.
Estamos cansados de estados caros, burocracias caducas y políticos narcisistas, con sus desastrosos resultados. Hay que encontrar de nuevo la seriedad en la política, el interés general, la competencia y el sentido común.
Esta pandemia era predecible, había sido anunciada por los epidemiólogos y varias alertas lo habían advertido (Sars en 2003, Mers en 2012) ¿Cómo explicar la ausencia de mascarillas, equipos de protección, medicamentos esenciales y planes logísticos? …Ante la ausencia de amenazas inminentes y obvias , en todo Occidente se ha olvidado el papel fundamental de los estados , que es garantizar la seguridad de los ciudadanos.
La clase política occidental ha dejado de lado lo esencial y ha preferido multiplicar las acciones públicas, mediáticas y carentes de significado. Después de la pandemia será necesario replantearse, si no la democracia liberal, sí al menos el proceso de selección y reclutamiento de la clase política y las prioridades de los estados.
Estamos cansados de estados caros, burocracias caducas y políticos narcisistas, con sus desastrosos resultados. Hay que encontrar de nuevo la seriedad en la política, el interés general, la competencia y el sentido común.
Sería importante que los ciudadanos hagamos una comparación de la experiencia profesional de los gestores y los resultados de la crisis, tanto a nivel nacional como autonómico, para conocer el por qué de la ineficiencia del Estado . Es lo que pedía Manel de Castillo, director gerente del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona en su artículo “ Estado sí, pero que funcione” en el final del mismo artículo decía “pasada la pandemia , cuando los ciudadanos salgan de la UCI, el Estado debería pasar por el quirófano”